Un campo de exterminio para ejecutar la 'Solución Final' de Hitler. En esos años de dominio alemán se construyó todo un operativo de exterminio que hizo que 1,1 millones de personas fueran asesinadas en las cámaras de gas y posteriormente cremadas, la mayoría de ellas judías. Apenas unos pocos miles consiguieron sobrevivir a aquel horror, y los que lo hicieron recibieron la liberación soviética en un estado de salud infrahumano.

80 AÑOS DE LA LIBERACIÓN DE AUSCHWITZ

El 27 de enero de 1945 fue liberado el campo de concentración y exterminio de Auschwitz a manos de las tropas soviéticas. Este evento puso fin a casi cinco años de funcionamiento es un campo donde los nazis asesinaron a un total de 1,1 millones de personas, la mayoría de ellas judías. Auschwitz se convirtió en símbolo de las atrocidades causadas por la Alemania nazi durante el Holocausto y los restos de lo que fue, sirven hoy en día para combatir el olvido de uno de los mayores crímenes de la humanidad.

El final del campo de exterminio de  Auschwitz, localizado en la actual  Polonia, pero puesto en funcionamiento por la Alemania nazidurante casi cinco años, llegó un gélido 27 de enero de 1945.

Hace 80 años las tropas soviéticas, lideradas por Iosef Stalin estaban en plena contraofensiva contra el ejército nazi de  Adolf Hitler y se toparon con lo que posteriormente se convirtió en el mayor símbolo de los horrores del Holocausto y el exterminio contra el pueblo judío que vivía en Europa.  

Las fuerzas soviéticas en julio de 1944 fueron las primeras en encontrar un campo nazi importante, el de  Majdanek cerca de Lublin,  Polonia. Sorprendidos por el rápido adelanto de los soviéticos, los alemanes intentaron esconder la evidencia de exterminio masivo destruyendo el campo. El personal del campo incendió el crematorio grande, pero en la apurada evacuación quedaron intactas las cámaras de gas. En el verano de 1944, los soviéticos también llegaron a los  campos de exterminio de Belzec, Sobibor, y Treblika. Los alemanes habían desmontado estos campos en 1943, después que la mayoría de los judíos polcaos habían sido matados.

En enero de 1945, los soviéticos liberaron  Auschwitz, el campo de exterminio y concentración más grande. Los nazis habían forzado a la mayoría de los prisioneros de Auschwitz en las marchas de la muerte, y cuando los soldados soviéticos entraron al campo encontraron vivos a solamente algunos miles de prisioneros hambrientos. Había abundante evidencia del exterminio masivo en Auschwitz. Los alemanes habían destrozado la mayoría de los depósitos en el campo, pero en los que quedaban los soviéticos encontraron las pertenencias de las victimas. Descubrieron, por ejemplo, cientos de miles de trajes de hombres, más de ochocientos mil vestidos de mujeres, y más de catorce mil libras de cabello humano.

En los meses siguientes, los soviéticos liberaron otros  campos en los Países Bálticos y en Polonia. Poco después de la rendición de Alemania, las fuerzas soviéticas liberaron los campos principales de Stutthof, Sachsenhausen, y Ravensbrueck.

Pocos días después que los nazis empezaran a evacuar el campo, las fuerzas americanas liberaron el 11 de abril de 1945 el campo de concentración de   Buchenwald cerca de Weimar, Alemania. El día de la liberación, una organización de   resistencia de prisioneros tomó control de Buchenwald para prevenir atrocidades por los guardias en retirada. Las fuerzas americanas liberaron más de veinte mil prisioneros en Buchenwald. También liberaron los campos principales de Dora – Mittelbau, Flossenburg, Dachau, y Mauthausen.

Las fuerzas británicas liberaron campos en Alemania del norte, incluyendo Neuengamme y Bergen- Belsen. A mediados de abril de 1945, entraron al campo de concentración de Bergen-Belsen, cerca de Celle. Encontraron vivos alrededor de sesenta mil prisioneros, la mayoría en condición critica por una epidemia de tifus. Más de diez mil murieron de malnutrición o enfermedad a las pocas semanas de la liberación.

Los liberadores enfrentaron condiciones inexpresables en los campos, donde pilas de cadáveres estaban sin enterrar. Solamente con la liberación de los campos fue posible exponer al mundo las atrocidades de los nazis. Los prisioneros que sobrevivieron parecían esqueletos a causa de las demandas de los trabajos forzados y la falta de nutrición adecuada. Muchos estaban tan débiles que no podían moverse. La enfermedad era un peligro constante, y muchos de los campos tuvieron que ser quemados para prevenir la difusión de epidemias. Los sobrevivientes de los campos enfrentaban un largo y difícil camino a la recuperación.

En esos años de dominio alemán se construyó todo un operativo de exterminio que hizo que 1,1 millones de personas fueran asesinadas en las cámaras de gas y posteriormente cremadas, la mayoría de ellas judías. Apenas unos pocos miles consiguieron sobrevivir a aquel horror, y los que lo hicieron recibieron la liberación soviética en un estado de salud infrahumano. 

Un campo de exterminio para ejecutar la ‘Solución Final’ de Hitler

Los nazis concibieron lo que posteriormente sería el campo de exterminio tras la invasión de Polonia de 1939 y en unos terrenos en los que ya había, de forma anterior, unos barracones del Ejército polaco.

Los nazis habían creado campos de concentración anteriormente en territorio alemán, donde albergaron presos comunes y enemigos políticos, sin embargo, su idea para  Auschwitz era la de asesinar al grueso de la población judía que para 1940 ya había sido apartada en guetos sobrepoblados en las principales ciudades polacas.  

Como todos los campos, Auschwitz estuvo bajo supervisión directa de las SS, lideradas por uno de los hombres más cercanos a  Adolf Hitler : Heinrich Himmler.

Himmler designó a gente de su confianza para liderar el que sería el mayor campo de exterminio de la  Segunda Guerra Mundial. Los encargados fueron Rudolf Hoss hasta 1943 y Arthur Liebehenschel y Richard Baer desde esa fecha hasta 1945. 

Estas tres personas fueron las encargadas de ampliar el campo y de crear los barracones para los prisioneros y posteriormente las cámaras de gas y los crematorios para eliminar los restos de las personas asesinadas.  

El campo de exterminio de Auschwitz estaba dividido en tres zonas y vivió varias ampliaciones, especialmente después de que Adolf Hitler decretara la llamada ‘Solución Final’ en 1941, cuyo objetivo principal era eliminar a toda la población judía en  Europa.

Auschwitz I fue la primera fase del campo y la que aprovechó los barracones iniciales del  Ejercito polaco. En esta parte es donde se tenían las condiciones menos duras y en ella estuvieron encerrados básicamente comunistas, opositores políticos polacos y convictos comunes. A pesar de ello, más de 70.000 personas fueron asesinadas dentro de sus instalaciones. 

Posteriormente, se habilitó la construcción de Auschwitz- Birkenau, un extenso campo lleno de barracones de madera y cuatro cámaras de gas con hornos crematorios donde se alojaron la mayoría de los prisioneros judíos y gitanos. Aquí es donde se cometieron los mayores crímenes y desde donde se orquestó una matanza sin precedentes en la historia. La mayoría de las personas que llegaban en trenes eran llevadas a las cámaras de gas y más tarde cremadas.  

Los nazis solían escoger a las personas más jóvenes y fuertes para realizar trabajos forzosos hasta que estas personas morían por agotamiento o eran seleccionadas para entrar a una cámara de gas. El promedio de vida de estas, por último, estaba Auschwitz III, un pequeño campo de trabajo forzado donde se llevaba a técnicos especializados para ayudar a la fabricadora de caucho IG Fabren. Era el que mejores condiciones tenía para los presos.  

En las instalaciones, además de los asesinatos sistemáticos se realizaron experimentos médicos a cargo de Josef Mengele, quien torturó hasta la muerte a decenas de personas.  

De aquellos episodios apenas quedan imágenes, ya que la mayoría de ellas fueron destruidas por los nazis antes de su salida del campo. Las tomas que quedan es lo que encontraron los soviéticos al ingresar a las instalaciones en enero de 1945. Sin embargo, numerosos relatos que fueron escritos por los supervivientes han ayudado a dimensionar el horror vivido por las personas que fueron deportadas a Auschwitz.  

Los sobrevivientes fueron claves para sentenciar a los máximos responsables 

La llegada de los soviéticos ayudó a los aliados a entender la gran magnitud de la barbarie cometida por los nazis contra millones de personas.

Ellos sabían de la existencia de estos campos durante la guerra, pero las imágenes tomadas en Auschwitz marcaron un antes y un después. Las tropas de Stalin quisieron destruir aquel lugar de horrores, pero fueron los mismos prisioneros quienes les suplicaron que no hicieran, convirtiendo a Auschwitz en el lugar de memoria y recuerdo de los asesinados durante el holocausto que es hoy.  

El testimonio de estas personas también fue clave para que posteriormente se juzgara a una parte de los responsables de estas atrocidades.

Rudolf Hoss, el primer jefe del campo, fue capturado por los británicos en 1945. Él compareció en los Juicios de Núremberg en 1946 que se celebraron para condenar a la cúpula del poder nazi y su castigo fue la ejecución en la horca en 1947 frente a una de las cámaras de gas que ordenó construir en Auschwitz. 

Liebehenschel, segundo jefe del campo, también fue condenado a muerte y ejecutado por un tribunal polaco en 1948 y Baer, el último de los jefes, estuvo desaparecido durante varios años hasta que fue detenido y condenado a cadena perpetua. En prisión decidió suicidarse en 1963.

En lo que respecta al jefe de las SS e ideólogo del sistema de campos de exterminio, Heinrich Himmler, no pudo comparecer en los Juicios de Núremberg porque también decidió suicidarse al ser detenido en mayo de 1945 por los británicos. 

En lo que se refiere al resto de mandos solo 750 personas recibieron condenas de las más de 6.500 detenidas al liberar el campo.

Tras las condenas a buena parte de los responsables, Auschwitz se convirtió en un centro de memoria que lucha contra el olvido de todas las atrocidades que se cometieron en esos años y contra las teorías negacionistas infundadas que surgieron después.

Un lugar de recuerdo que pretende sostener las voces de aquellos supervivientes que lograron escapar del horror y que con el paso de las décadas han ido falleciendo. 

Sigue siendo incierta la fecha exacta en que los lideres nazis decidieron llevar a cabo la “Solución Final”, el plan de aniquilar los judíos. El genocidio de los judíos fue la culminación de una década de política nazi bajo el gobierno de Hitler.

La persecución y segregación de los judíos fue llevada a cabo en varias etapas. Después que el partido nazi llegó al poder, el racismo impuesto por el estado resultó en legislación antisemita, boicots, “arianización”, y los pogroms de Kristallnacht, que se dirigían a aislar sistemáticamente los judíos de la sociedad alemana y forzarlos a salir de Alemania.

Después de la invasión alemana de Polonia en 1939 (el inicio de la Segunda Guerra Mundial), la política antisemita se desarrolló en un detallado plan para concentrar y eventualmente aniquilar a los judíos europeos. Los nazis primero crearon ghettos en el Gobierno General (un territorio en Polonia central y oriental en la cual los alemanes crearon un gobierno alemán) y el Warthegau (un área de Polonia occidental anexado a Alemania). Los judíos polacos y de Europa occidental fueron deportados a estos ghettos.

Después de la invasión alemana de la Unión Soviética en 1941, Einsatzgruppen (equipos móviles de matanza) empezaron operaciones de matanza dirigidas a comunidades enteras de judíos. Las SS, la guardia exclusiva del estado nazi, pronto vieron los métodos de los equipos móviles — predominantemente fusilamientos o camiones de gas — como ineficientes y psicológicamente difíciles para los ejecutantes. El 31 de julio de 1941, Hermann Goering autorizó a Reinhard Heydrich a preparar y ejecutar “una solución completa del problema judío”.

En el otoño de 1941, Heinrich Himmler encargó a SS General Odilio Globocnik (el líder de las SS y la policía para el distrito de Lublin) de la aplicación de un plan para matar sistemáticamente a los judíos del Gobierno General. “Aktion Reinhard” fue el nombre en clave dado a la operación por Heydrich (que había sido el encargado de la preparación de la “Solución Final” y que fue asesinado por partisanos checos en mayo de 1942). Tres campos de exterminio fueron creados en Polonia como parte de la Aktion Reinhard — Belzec, Sobibor, y Treblinka. Al llegar a los campos, los judíos eran mandados directamente a las cámaras de gas. El asistente de Globocnik, SS Comandante Hermann Hoefle, estaba encargado de organizar las deportaciones a los campos de la Aktion Reinhard.

Los nazis también gasearon judíos en otros campos de exterminio en Polonia: Auschwitz-Birkenau (que era el campo más grande), Majdanek, y Chelmno. En Majdanek, grupos de judíos considerados incapaces de trabajar fueron gaseados. En Chelmno, los judíos fueron gaseados en camiones. Los nazis sistemáticamente asesinaron a más de tres millones de judíos en los campos de exterminio.

En su totalidad, la “Solución Final” exigió el asesinato de los judíos de Europa por gaseamiento, fusilamiento, y otras medidas. Casi seis millones de judíos murieron — dos tercios de los judíos que vivían en Europa en 1939.

Los principales campos nazis de Europa, enero de 1944

En toda la Europa ocupada por los alemanes, los nazis arrestaron a aquellos que se resistían a su dominación y a quienes consideraban de raza inferior o inaceptables desde el punto de vista político. Las personas arrestadas por resistirse al régimen alemán fueron en su mayoría enviadas a campos de concentración o de trabajos forzados. Los alemanes deportaron a los judíos de toda la Europa ocupada a los campos de exterminio de Polonia, donde fueron asesinados sistemáticamente, y también a campos de concentración donde fueron usados para realizar trabajos forzados. Los campos de tránsito como Westerbork, Gurs, Mechelen y Drancy en Europa Occidental, y los campos de concentración como Bolzano y Fossoli di Carpi en Italia, fueron utilizados como centros donde se reunía a los judíos que luego eran deportados en trenes a los campos de exterminio. Según los informes de las SS, había más de 700.000 prisioneros registrados en los campos de concentración en enero de 1945.

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