Como era de esperar, el 68% de los consumidores buscan actualizaciones de pandemia en línea. Los Gen Zers son la única generación más propensa a escuchar música que a buscar noticias. Los millennials, la generación foodie, son los más propensos a buscar recetas de cocina o leer sobre una alimentación saludable.
Consumo de medios en la era de COVID-19

Cómo COVID-19 Ha impactado el consumo de medios, por generaciones

Los consumidores estadounidenses confían más en la OMS, los británicos ven a su gobierno como su fuente de noticias más confiable.

La confianza en la información compartida en las redes sociales es mayor que el boca a boca de amigos y familiares, e incluso sitios web de gobiernos extranjeros.
A medida que el brote de coronavirus pasa de viral, a pandemia y luego al demonio suelto en la tierra; gracias a los medios de comunicación masiva, el impacto en la opinión pública, nunca en la historia, moderna, con el desarrollo tecnológico de la televisión encadenada la información de la prensa, la radio, los medios digitales y los dispositivos móviles, la humanidad al unísono, nunca se había presentado un hecho de tal gravedad, novedad, equiparable solo a una guerra mundial declarada por un virus; altero, modulo y cuestiono la inmortalidad del hombre, del desarrollo.
Ciudades, las urbes, metrópolis, como cárceles, secuestrada la libertada humana, se trata del retorno a las cavernas, se cambió el tiempo de las personas que de otra manera se hubiera pasado examinando centros comerciales o yendo a eventos en vivo, ahora, la vida, se ve, se vive, por las pantallas dispositivos móviles, portátil, televisión, sometidos a la edición de la realidad virtual izada la existencia humana, el gran hermano es el ojo que nos vigila.
El aislamiento social inducido por la pandemia, encarrilo a la sociedad a la mass media, en términos de saber y ver la vida desde la pantalla, la aldea global, desde el dispositivo móvil, empuja a un mayor consumo de grandes cantidades de medios, el modelo de contacto social persona a persona; la construcción social de tejido colectivo fue abruptamente sesgado, el contacto humano, vital para la civilización humana, las relaciones sociales, han sido secuestradas, arrimados a la caverna, la relación persona a persona a la colectividad, se procesa en cuarentena por códigos binarios, gráficos, preproducciones de prensa, radio, televisión, contenidos digitales, el isomorfismo comunicacional, nos arrastró a los datos.
Uno de los canales de procesamiento de información consultados para este acercamiento informativo Global Web Index para explorar cómo las personas han aumentado su consumo de medios como resultado del brote y cómo difiere en cada generación.

Más tiempo matado, perdido, sofisma
La confianza en la información compartida en las redes sociales es mayor que el boca a boca de amigos y familiares.

Global Web Index descubrió que más del 80% de los consumidores en los EE. UU. Y el Reino Unido dicen que consumen más contenido desde el brote, la transmisión de TV y videos en línea YouTube, TikTok, como canales de acceso, son los medios principales en todas las generaciones y géneros.

Como era de esperar, el 68% de los consumidores buscan actualizaciones de pandemia en línea sobre cualquier otra actividad. Sin embargo, los Gen Zers tienen otros planes, ya que son la única generación más propensa a escuchar música que a buscar noticias.
En general, las generaciones más jóvenes tienen más probabilidades de entretenerse jugando, juegos en su dispositivo móvil o computadora. Los millennials también se destacan como la generación foodie, ya que son los más propensos a buscar recetas de cocina o leer sobre una alimentación saludable.

Apoyado en un pilar de confianza
La investigación sugiere que el tiempo de pantalla en sí no es motivo de preocupación. Más bien, es el contenido que elegimos consumir.
En general, los consumidores ven a la Organización Mundial de la Salud (OMS) como la fuente de información más confiable para cualquier actualización relacionada con COVID-19.
Sin embargo, esto no es cierto en todas partes a nivel regional. Por ejemplo, mientras que los consumidores estadounidenses confían más en la OMS, los consumidores británicos ven a su gobierno como su fuente de noticias más confiable en general.
La confianza en la información compartida en las redes sociales es mayor que el boca a boca de amigos y familiares, e incluso sitios web de gobiernos extranjeros. Dicho esto, es inferior a la información compartida en la radio o sitios web de noticias.

La necesidad de positividad pandémica. A aumentando en popularidad en Netflix son sobre pandemias, lo que podría significar la necesidad de que la gente ficcionalice el caos en el que nos encontramos.

Si bien mantenerse al tanto de las actualizaciones de la pandemia es importante, en última instancia, una mentalidad positiva y la capacidad de desconectarse ayudarán a las personas a afrontar mejor el día a día.
Por lo tanto, parece razonable que las personas estén más inclinadas a invertir en nuevos servicios de suscripción, ya que han estado aisladas, el registro apunta a que con casi un tercio de los Gen Zers considerando comprar Netflix, seguido de Disney +.
Es comprensible que las personas estén cada vez más preocupadas por el tiempo que dedican a sus pantallas. Sin embargo, la investigación sugiere que el tiempo de pantalla en sí no es motivo de preocupación. Más bien, es el contenido que elegimos consumir lo que podría tener un impacto significativo en nuestro bienestar psicológico.
Quizás lo más intrigante es que los programas de televisión y las películas que están aumentando en popularidad en Netflix son sobre pandemias, lo que podría significar la necesidad de que la gente ficcionalice el caos en el que nos encontramos.
Independientemente del tipo de contenido que estemos consumiendo, el hecho es que cada generación confía en sus dispositivos durante esta pandemia para informar y distraerse más que nunca, creando una gran oportunidad para que las compañías de medios atraigan a una audiencia cautiva.

Clustertv.net PRENSA / Media Comunicaciones
Por: Fernando Ballesteros Valencia / Investigador