Un año de ideas.
Este artículo destaca algunos aspectos claves de una serie de notas de Políticas de Educación Superior; este año se ha explorado el panorama mundial de la educación superior a través de una serie de notas de políticas de Educación Superior.
Las primeras veinte publicaciones de esta serie se han basado en datos del Observatorio de Políticas de Educación Superior con el fin de examinar cómo varían 146 sistemas de educación superior entre regiones y grupos de ingresos. Este trabajo ha revelado tendencias políticas críticas que configuran el futuro de la educación superior en todo el mundo y ponen de relieve importantes consideraciones acerca de las políticas públicas.
Este artículo destaca algunos aspectos clave, agrupados en cuatro categorías como son gobernanza, acceso e inclusión, calidad e internacionalización de la educación superior.
Gobernanza
A nivel mundial, casi el 90%de los países elaboraron planes nacionales para dirigirsu sistema de educación superior y un porcentaje ligeramente superior adoptó legislaciones para regular el sector (92%).
En la mayoría de los países, las unidades gubernamentales directamente responsables de la educación superior operan en el primer o segundo nivel de los gobiernos (es decir, tienen ministerios o viceministerios específicos), con importantes diferencias entre las regiones del mundo y los grupos de ingresos (Nota PES 11). Por ejemplo, la educación superior se rige al más alto nivel gubernamental en más del 80% de los países de ingresos bajos, sobre todo en los Estados árabes y África subsahariana. En cambio, menos de un tercio de los países de ingresos altos cuentan con un ministerio dedicado exclusivamente a la educación superior.
La autonomía institucional está integrada en la legislación de casi dos tercios de los países del mundo (63%). Cuanto mayores su nivel de ingresos, más probable es que los países reconozcan la autonomía institucional. Sin embargo, la riqueza no es el único factor impulsor, América Latina y el Caribe y Europa Central y Oriental son las dos regiones con mayor proporción de países que reconocen la autonomía institucional en su legislación nacional.
Los responsables de políticas públicas deben encontrar el equilibrio adecuado entre garantizar la rendición de cuentas y proteger la autonomía de las instituciones, dos aspectos cruciales para el éxito de la educación superior. La toma de decisiones compartida entre los distintos organismos, junto con las aportaciones de otras partes interesadas, son fundamentales para lograr este equilibrio y garantizar que los sistemas de gobernanza puedan adaptarse a las necesidades locales.
Acceso e inclusión
De los 130 países que cuentan con planes nacionales de educación superior, el 80% se ha fijado objetivos para aumentar el acceso, y el 70% pretende fomentar la inclusión. Estos objetivos se encuentran entre las prioridades más ampliamente compartidas para la educación superior en todo el mundo. Sin embargo, a pesar de estos compromisos, sólo el 37% de los países reconocen explícitamente el derecho a la educación superior en su legislación nacional, con importantes diferencias regionales.
Para apoyar el acceso y la inclusión, el 58% de los países han establecido programas nacionales de becas para estudiantes de grupos infrarrepresentados, principalmente estudiantes con bajos ingresos y estudiantes con discapacidades además, casi el 30% de los países de todo el mundo establecen legalmente la gratuidad de la educación superior pública, y más de la mitad de los países de América Latina y el Caribe, la región con el porcentaje más alto.
En general, cuanto más alto es el nivel de ingresos de un país, más probable es que proporcione ayudas financieras a los estudiantes. Sin embargo, hay una excepción notable, los países de ingresos medio-altos son más propensos a adoptar este tipo de medidas que los países de ingresos altos. Las políticas nacionales de ayuda financiera son especialmente frecuentes en América Latina y el Caribe, Europa Central y Oriental y Asia Central.
En cambio, las cuotas para grupos infrarrepresentados, a pesar de no requerir un gasto gubernamental directo, no se utilizan habitualmente para promover la inclusión. Sólo el 14% de los países han establecido cuotas nacionales de acceso, y la mayoría de estas políticas se encuentran en Europa Central y Oriental, Asia Central y Asia Meridional y Occidental.
Los responsables de políticas públicas deberían alinear aún más las políticas nacionales con sus compromisos de acceso e inclusión adoptando una combinación de medidas adaptadas a su contexto, como becas, matrículas gratuitas y cuotas de acceso. Otras medidas, como el apoyo académico a los grupos infrarrepresentados, también pueden ser clave para superar las barreras. Además, el reconocimiento del derecho a la educación superior en la legislación nacional señala un compromiso claro, se ajusta a las normas internacionales y puede fomentar el diálogo mundial para promover la educación superior para todos.
Calidad
La calidad de la educación superior ocupa un lugar prioritario en las agendas de los gobiernos. El 85% de los países del mundo han creado una agencia nacional para el aseguramiento de la calidad. Sin embargo, sólo el 70% de estos países les ha conferido autonomía por ley. Esta disposición está fuertemente relacionada con los niveles de ingresos, casi el 85% de los países de ingresos altos establecen legalmente esta autonomía, frente al 45% de los países de ingresos bajos.
La capacidad docente del profesorado es un aspecto importante de la calidad. Dos tercios de los países con un plan nacional de educación superior han establecido objetivos para fomentar las competencias docentes del profesorado. Las variaciones regionales son notables, América Latina y el Caribe tiene la mayor proporción de países que incluyen este objetivo (90%), seguida de cerca por América del Norte y Europa Occidental (83%). Por el contrario, sólo una minoría de países de los Estados Árabes y de Europa Central y Oriental incluyeron tales objetivos en sus planes (25% y 45%, respectivamente).
Los responsables de políticas públicas de todos los sistemas de educación superior deben garantizar la creación de una agencia externa de aseguramiento de calidad dotada de autonomía jurídica. En el ámbito internacional, debe hacerse mayor hincapié en fomentar el aprendizaje mutuo y la colaboración para reforzar los mecanismos de garantía de la calidad, sobre todo en los países que carecen de ellos. El establecimiento de objetivos y planes de acción claros para mejorar la calidad, como la mejora de las competencias docentes, también es clave para garantizar mejores resultados de los estudiantes en la educación superior.
Internacionalización
El 63% de los países a nivel mundial que cuentan con un plan nacional de educación superior se proponen fomentar la internacionalización de la enseñanza y, en menor medida, de la investigación. Este objetivo se comparte en todos los grupos de ingresos, con la mayor adopción en los países de ingresos medio, bajos (más del 70%).
Sin embargo, la internacionalización de la educación superior es compleja y aún es necesario realizar esfuerzos considerables para garantizar que beneficie a todos los países y estudiantes. Si nos fijamos en la ratificación de los convenios mundiales y regionales de la UNESCO para el reconocimiento de las cualificaciones de educación superior adquiridas en el extranjero, los países de ingresos altos siguen teniendo tres veces más probabilidades de haber ratificado un convenio que los países de ingresos bajos y medio-bajos.
Los responsables de políticas públicas deben velar por que la internacionalización de la educación superior beneficie a todos los países y estudiantes. Es crucial apoyar a los países de ingresos bajos y medios para que se comprometan con los convenios de la UNESCO sobre el reconocimiento de cualificaciones extranjeras. Estos esfuerzos pueden mejorar la movilidad global y garantizar que las cualificaciones se reconozcan más allá de las fronteras, facilitando una mayor inclusión y accesibilidad para los estudiantes de todo el mundo.
De cara al futuro
UNESCO IESALC está comprometido a continuar sus esfuerzos para guiar la formulación de políticas públicas en educación superior en 2025, con próximas publicaciones que abordarán temas clave adicionales, como el bienestar de los estudiantes, la movilidad internacional, la empleabilidad y la contribución de la ES a la sostenibilidad.
En 2025, también se añadirán nuevos indicadores al Obseervatorio de Políticas de Educación Superior, incluidos los principales objetivos de los planes nacionales de educación superior en todo el mundo y las estadísticas más importantes sobre educación superior disponibles en la actualidad.
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