Colombia sin medios independientes 60 % del país sin cobertura mediática.

LOS MEDIOS SE ENCUENTRAN ACTUALMENTE ATRAPADOS ENTRE LA GARANTÍA DE SU INDEPENDENCIA Y SU SUPERVIVENCIA FINANCIERA.

LOS MEDIOS SE ENCUENTRAN ACTUALMENTE ATRAPADOS ENTRE LA GARANTÍA DE SU INDEPENDENCIA Y SU SUPERVIVENCIA FINANCIERA.

La concentración de la propiedad es factor que contribuye al deterioro del indicador económico en la Clasificación de la Libertad de Prensa y constituye una amenaza para la pluralidad del periodismo. En 46 países, la propiedad de los medios está muy concentrada, o en ocasiones totalmente en manos del Estado, según el análisis de los datos del ránking. Son muchos los medios que deben su viabilidad al control económico condicionado de personalidades políticas cercanas al poder o al mundo empresarial. Esta injerencia se torna “sistemática” en 21 países.

Los medios se encuentran actualmente atrapados entre la garantía de su independencia y su supervivencia financiera.

AMERICA

Colombia        

Colombia sigue siendo uno de los países más peligrosos del continente para los periodistas. La cobertura de temas relativos al medio ambiente, los conflictos armados, la corrupción o la connivencia entre políticos, empresas, grupos armados ilegales y mafias expone sistemáticamente a los periodistas al acoso, la intimidación y la violencia. En Colombia, tres grandes conglomerados dominan la información, mientras que la producción local sigue siendo limitada, lo que deja al 60 % del país sin cobertura mediática de proximidad.

El Ejecutivo ha puesto en marcha varias iniciativas relacionadas con el sector de la información, como medidas de protección para periodistas y de apoyo a medios alternativos, la creación de redes de “comunicación solidaria” para favorecer un periodismo más inclusivo y participativo, y propuestas para apoyar la gestión de los medios de comunicación. 

Entre 2018 y 2022, el gobierno impulsó la reforma de leyes sobre la televisión y las tecnologías de la información en el Congreso, y trató de coartar la libertad de prensa en varias ocasiones.Se dio un paso importante cuando el presidente Petro se comprometió con RSF y la FLIP a crear un canal de alerta directa para tratar los casos críticos de violencia contra periodistas.

La expansión de los grupos armados, presentes en 253 municipios, agrava la situación. El Clan del Golfo controla 60 zonas. Hay relación entre empresarios y los actuales grupos narcoparamilitares del país.

En Colombia, tres grandes conglomerados dominan la información, mientras que la producción local sigue siendo limitada, lo que deja al 60 % del país sin cobertura mediática.

Contexto socioculturalDiversos estudios advierten de la creciente desinformación y el desapego a la actualidad por parte del público, que considera tendenciosos a los periodistas.

Cierre de medios es constante, por la persistencia de dificultades económicas.

Estados Unidos (57º, -2 puestos) el descenso de 28 puestos en el indicador social del país revela que el entorno global de los medios es cada vez más hostil para la prensa. El segundo mandato de Donald Trump ha agravado esta situación, instrumentalizando motivos económicos falaces para someter a la prensa.

 Argenrina  (87º, -21 puestos) .

Túnez (129º, -11).

Palestina (163º) desde hace más de 18 meses por el ejército israelí, ha destruido redacciones y matado a cerca de 200 periodistas.

Haití (112º, -18).

Países con una posición en el ránking bastante buena.

Sudáfrica (27º)

Nueva Zelandia  (16º).

Treinta y cuatro países destacan por los cierres masivos de medios, que han disparado el exilio de periodistas en los últimos años, caso de   Nicaragua (172º, -9 puestos), Biolorrusia (166º), Irán (176º), Birmania (169º),  Sudán (156º),  Azerbaiyán  (167º) o  Afganistán (175º), donde a las dificultades económicas se suman las presiones políticas.

No contentas con debilitar el modelo económico de los medios, las plataformas también “GAFAM” (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) contribuyen a la proliferación de contenidos manipulados o engañosos, intensificando  los fenómenos de desinfirmación.

Por primera vez en su historia, las condiciones para el ejercicio del periodismo son difíciles”, o “muy graves”, en la mitad de los países del mundo y “satisfactorias” en menos de uno de cada cuatro.

Clasificación Mundial RSF 2025.

EL DEBILITAMIENTO ECONÓMICO DE LOS MEDIOS CONSTITUYE UNA DE LAS PRINCIPALES AMENAZAS PARA LA LIBERTAD DE PRENSA

“La independencia financiera es una condición vital para garantizar una información libre, fiable y al servicio del interés general”.

Aunque las agresiones físicas contra los periodistas son el aspecto más visible de las vulneraciones a la libertad de prensa, las presiones económicas, más insidiosas, también representan un obstáculo de primer orden. El indicador económico de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa sigue cayendo en 2025 y alcanza un nivel crítico sin precedentes. Como consecuencia, y por primera vez en la historia del ránking, la situación de la libertad de prensa se vuelve “difícil” a escala mundial.

  • Pregoneros de la desinformación y la propaganda.
  • Sin independencia financiera, no hay prensa libre.

Cuando los medios de comunicación son económicamente frágiles, se ven arrastrados a la carrera por la audiencia, a costa de la calidad, y pueden convertirse en presa de los oligarcas o de responsables políticos que los instrumentalizan.

AMÉRICA

Colombia        

Colombia sigue siendo uno de los países más peligrosos del continente para los periodistas. La cobertura de temas relativos al medio ambiente, los conflictos armados, la corrupción o la connivencia entre políticos, empresas, grupos armados ilegales y mafias expone sistemáticamente a los periodistas al acoso, la intimidación y la violencia.

Mientras la libertad de prensa sufre un retroceso alarmante en muchas regiones del mundo, un factor decisivo, a menudo subestimado, debilita profundamente a los medios de comunicación; su situación económica. Concentración de la propiedad, presiones de los anunciantes o de los accionistas, ausencia, restricción o asignación opaca de ayudas públicas. A la luz de la evolución de todos estos elementos, medidos por el indicador económico de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros Sin Fronteras (RSF), se impone una conclusión; los medios se encuentran actualmente atrapados entre la garantía de su independencia y su supervivencia financiera.

“Garantizar un espacio mediático plural, libre e independiente requiere condiciones económicas estables y transparentes. Sin independencia financiera, no hay prensa libre. Cuando los medios de comunicación son económicamente frágiles, se ven arrastrados a la carrera por la audiencia, a costa de la calidad, y pueden convertirse en presa de los oligarcas o de responsables políticos que los instrumentalizan. Cuando los periodistas se empobrecen, ya no tienen medios para resistir a los adversarios de la prensa, los pregoneros de la desinformación y la propaganda. Es necesario restaurar una economía de los medios que sea favorable al periodismo y que garantice la producción de información fiable, una producción necesariamente costosa. Existen soluciones, que deben aplicarse a gran escala. La independencia financiera es una condición vital para garantizar una información libre, fiable y al servicio del interés general”.

El indicador que mide las presiones económicas que sufren los medios y las condiciones financieras del periodismo es, de los cinco con los que se elabora la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, el que más lastra la puntuación global de los países en 2025.

Cierres masivos y constantes de medios

  • En 160 de los 180 países analizados por RSF, los medios de comunicación no logran alcanzar la estabilidad financiera, según los datos recopilados por la organización.
  • Peor aún; en casi un tercio de los países del mundo, el cierre de medios es constante, por la persistencia de dificultades económicas. Es el caso de  Estados Unidos (57º, -2 puestos),  Argentina (87º, -21 puestos) o Túnez (129º, -11).
  • En Palestina  (163º), la situación es desastrosa. En Gaza, es consecuencia del bloqueo total impuesto desde hace más de 18 meses por el ejército israelí, que ha destruido redacciones y matado a cerca de 200 periodistas. En Haití (112º, -18), la inestabilidad política sumerge también en el caos a la economía de los medios.
  • Países con una posición en el ránking bastante buena, como  Sudafrica (27º) y Nueva Selanda (16º), no están exentos de estas dificultades.
  • 34 países destacan por los cierres masivos de medios, que han disparado el exilio de periodistas en los últimos años. Este es especialmente el caso de Nicaragua (172º, -9 puestos), pero tambiénde  Bielorrusia (166º),   Irán (176º), Birmania (169º),  Sudán (156º),   Azerbaiyán (167º) o Afganistán (175º), donde a las dificultades económicas se suman las presiones políticas.

Estados Unidos, líder de la depresión económica

En Estados Unidos (57º, -2 puestos), donde el indicador económico ha perdido más de 14 puntos en dos años, regiones extensas se están convirtiendo en desiertos informativos. El periodismo local paga un alto precio por la recesión económica: más del 60 % de los periodistas y expertos en medios encuestdos por RSF en Arizona, Florida, Nevada, y Pensilvania coinciden en que es “difícil ganarse la vida como periodista” y el 75 % afirma que “la viabilidad económica de un medio de tamaño mediano es compleja”. Además, el descenso de 28 puestos en el indicador social del país revela que el entorno global de los medios es cada vez más hostil para la prensa.

El segundo mandato de Donald Trump ha agravado esta situación, instrumentalizando motivos económicos falaces para someter a la prensa, como ilustra el cese de la financiación de varios medios por parte de la Agencia de Estados Unidos para los Medios de Comunicación Globales (USAGM), entre ellos Voice of America y Radio Free Europe/Radio Liberty. Más de 400 millones de personas en todo el mundo se han visto privadas, de la noche a la mañana, de acceso a una información fiable. Del mismo modo, la congelación de los fondos de cooperación que maneja la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ha sumido a cientos de medios en una inestabilidad económica crítica, obligando a algunos de ellos a cerrar, especialmente en Ucrania (62º).

Hegemonía de las plataformas, concentración de los medios.

Esta coyuntura debilita aún más una economía de los medios ya de por sí maltrecha por el dominio de los llamados “GAFAM” (Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft) en la distribución de la información. Sus plataformas, mayoritariamente no reguladas, acaparan una parte cada vez mayor de los ingresos publicitarios que normalmente deberían sustentar al periodismo. La inversión total en publicidad en las redes sociales ascendió a doscientos cuarenta y siete mil millones de dólares en el 2.024, lo que supone un aumento del 14 % respecto a 2023. No contentas con debilitar el modelo económico de los medios, las plataformas también contribuyen a la proliferación de contenidos manipulados o engañosos, intensificando  los fenómenos de desinformación.

Además de esta pérdida de ingresos publicitarios, que erosiona la economía de los medios y les obliga a adaptarse, la concentración de la propiedad es otro factor que contribuye al deterioro del indicador económico en la Clasificación de la Libertad de Prensa y constituye una amenaza para la pluralidad del periodismo. En 46 países, la propiedad de los medios está muy concentrada, o en ocasiones totalmente en manos del Estado, según el análisis de los datos del ránking.

Desde Rusia (171º, -9 puestos), donde los medios están controlados por el Estado o por oligarcas cercanos al Kremlin, hasta Hungria (68º), donde el Gobierno asfixia a los medios críticos mediante un reparto desigual de la publicidad estatal, pasando por países donde se utilizan leyes sobre la influencia extranjera para reprimir al periodismo independiente, como Georgia (114º, -11), la libertad de información se ve cada vez más entorpecida por condiciones de financiación opacas o arbitrarias. Este es también el caso de Túnez (129º, -11 puestos), Perú  (130º) o Hong Kong (140º), donde las subvenciones públicas se destinan a los medios progubernamentales.

En países bien posicionados como  Australia (29º), Canadá  (21º),  Checoslovaquia (10º) y Finlandia (5º), esta hiperconcentración es también motivo de preocupación. En Francia (25º, -4 puestos), una parte significativa de la prensa nacional está controlada por un puñado de grandes fortunas. Esta creciente concentración limita la diversidad editorial, aumenta el riesgo de autocensura y plantea serias dudas sobre la independencia real de las redacciones frente a los intereses económicos o políticos de sus accionistas.

De hecho, la injerencia de los propietarios no hace sino agravar la situación. En más de la mitad de los países del mundo (en concreto, 92) evaluados por la Clasificación, la mayoría de los encuestados señala la existencia de limitaciones frecuentes o sistemáticas de la independencia editorial de las redacciones por parte de los propietarios de los medios. En Libano (132º), India  (151º),  Armenia  (34º) o Bulgaria (70º, -11), son muchos los medios que deben su viabilidad al control económico condicionado de personalidades políticas cercanas al poder o al mundo empresarial. Esta injerencia se torna “sistemática” en 21 países, como   Ruanda (146º), Emiratos Árabes (164º) o   Vienam (173º).

Por primera vez, la situación de la libertad de prensa se vuelve “difícil” a escala mundial

Los resultados de la Clasificación alertan, desde hace más de diez años, sobre el deterioro global que sufre la libertad de prensa en el mundo. En 2025 se ha cruzado una nueva línea roja: la puntuación media de todos los países evaluados ha caído por debajo de los 55 puntos, el límite marcado para calificar la situación de la libertad de prensa como “difícil”. Más de seis de cada diez países (112 en total) registran retrocesos en la Clasificación, y, por primera vez en su historia, las condiciones para el ejercicio del periodismo son difíciles”, o “muy graves”, en la mitad de los países del mundo y “satisfactorias” en menos de uno de cada cuatro.

Un mapa cada vez más rojo

En 42 países, que representan a más de la mitad de la población mundial (56,7 %), la situación se considera “muy grave”: la libertad de prensa es inexistente y el ejercicio del periodismo es especialmente peligroso. Es el caso de Palestina (163º), donde desde hace más de 18 meses el ejército israelí masacra al periodismo y ha matado a cerca de 200 profesionales de la información –al menos 43 de ellos en el ejercicio de su trabajo–, e impone un bloqueo informativo sobre el enclave asediado. Mientras, Israel  (112º) prosigue su declive en la Clasificación (-11 puestos).

Tres países de África Oriental,  Uganda (143º), Etiopía (145º) y  Ruanda (146º), descienden este año a la categoría de situación “muy grave”. Hong Kong (140º) también se tiñe de rojo y adopta el mismo color que China (178º, -6), que integra el trío final de la Clasificación, junto a Corea del Norte (179º) y Eritrea  (180º). En Asia Central, Kisguistán (144º) y  Kasakistán (141º) ensombrecen la zona, mientras que en Oriente Medio,  Jordania (147º) se desploma 15 puestos debido a las leyes liberticidas aprobadas contra la prensa.

La Clasificación por regiones.

Se agrava la brecha entre la Unión Europea y el resto de zonas.

La zona de Oriente Medio y Norte de África se mantiene como la más peligrosa del mundo para la prensa, y encuentra en la masacre de periodistas en  Gaza a manos del ejército israelí su máxima expresión. Todos los países de la región se hallan en una situación “difícil” o “muy grave”, a excepción de Qatar (79º). La prensa se encuentra atrapada entre la represión ejercida por los regímenes autoritarios y la persistente precariedad económica. Túnez (129º, -11), el único país que pierde posiciones en el Norte de África, registra el mayor desplome económico de la región (-30 puestos en este indicador), en un contexto de crisis política que tiene a la prensa independiente en el punto de mira. Irán  (176º), donde se amordaza a los periodistas y se reprime cualquier expresión crítica, se estanca en los últimos puestos de la Clasificación, junto con  Siria (177º), a la espera de una profunda renovación del panorama mediático tras la caída del régimen de Bashar al Asad.

De los 32 países y territorios de la zona Asia-Pacífico, 20 han registrado descensos en su puntuación económica en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2025. El control sistémico de los medios en los regímenes autoritarios se inspira a menudo en el modelo de propaganda de  China  (178º), que se mantiene como la mayor cárcel de periodistas del mundo y vuelve a ocupar uno de los últimos puestos de la Clasificación, justo por delante de Corea del Norte  (179º). Amenazada por la concentración de los medios en manos de poderosos grupos cercanos al poder, como en India  (151ª), y por las crecientes presiones económicas, la libertad de prensa se enfrenta en la región a una represión cada vez mayor y a una incertidumbre cada vez más marcada.

La libertad de información también sufre un retroceso preocupante en África subsahariana.  Eritrea (180º) sigue situándose en el último puesto de la Clasificación, mientras que la situación económica de los medios se ha deteriorado en el 80 % de los países de la región. En la República Democrátuica del Congo (133º, -10), donde el indicador económico se desploma, el panorama mediático sigue polarizándose y siendo reprimido en el Este del país. Lo mismo sucede en otros contextos de guerra o inestabilidad, como en ( Burkina Faso 105º, -19),  Sudán (156º, -7) o  Malí (119º, -5), donde los medios se ven obligados a la autocensura, al cierre o al exilio. La hiperconcentración de la propiedad de los medios en manos de personalidades políticas o del mundo empresarial, sin garantías de independencia editorial, es también recurrente, ya sea en  Camerún  (131º),  Nigeria (122º, -10) o Ruanda (146º). Por el contrario, Senegal (74º), donde las autoridades han puesto en marcha reformas económicas que deben aplicarse de forma consensuada, sube 20 puestos.

La gran mayoría de los países de América (22 de 28) registran un descenso en su indicador económico. En  Estados Unidos (57º), el segundo mandato de Donald Trump está provocando un alarmante deterioro de la libertad de prensa. En Argenina (87º), el presidente Javier Milei estigmatiza a los periodistas y desmantela los medios de comunicación públicos. En  Perú (130º) y  El Salvador (135º), la libertad de prensa se ve debilitada por la propaganda y los ataques contra los medios críticos. Mexico  (124º), el país más peligroso de América Latina para los periodistas, también registra un fuerte descenso en su indicador económico. En la parte baja de la Clasificación,  Nicaragua (172º), donde el régimen Ortega-Murillo ha erradicado la prensa independiente, se convierte en el país con peor puntuación de la región. Por el contrario,  Brasil (63º) prosigue su remontada tras la era Bolsonaro.

Europa, que encabeza la clasificación por regiones, está cada vez más dividida. La zona de Europa del Este y Asia Central registra la mayor caída en la puntuación global, mientras que la zona de la Unión Europea (UE) y los Balcanes obtiene la puntuación global más alta del mundo y amplía la brecha con el resto de regiones. No obstante, los efectos de la crisis económica son palpables en la zona UE-Balcanes, donde el indicador económico de siete de cada diez países (28 de 40) ha descendido y donde la aplicación del Reglamento Europeo nsobre Libertad de Medios ( EMFA) beneficioso para la economía del sector, acumula retraso. La situación empeora en Portugal (8º), Croacia (60º) y  Kosovo (99º), entre otros. Noruaga, el único país del mundo que obtiene una “situación buena” en los cinco indicadores que componen la Clasificación, mantiene su primer puesto por noveno año consecutivo y amplía su ventaja sobre los demás países. Estonia asciende al segundo lugar, seguida de cerca por los  Paises Bajos, que intercambian posiciones con Suecia (4º) y suben al podio del ránking.

Colombia sigue siendo uno de los países más peligrosos del continente para los periodistas. La cobertura de temas relativos al medio ambiente, los conflictos armados, la corrupción o la connivencia entre políticos, empresas, grupos armados ilegales y mafias expone sistemáticamente a los periodistas al acoso, la intimidación y la violencia.

Panorama mediático

En Colombia, tres grandes conglomerados dominan la información, mientras que la producción local sigue siendo limitada, lo que deja al 60 % del país sin cobertura mediática de proximidad. La radio sigue siendo el medio más extendido en el país, pero las emisoras independientes tienen dificultades para sobrevivir ante las dificultades económicas. La red pública, que cuenta con 72 frecuencias, ha reforzado su presencia en los últimos años, al igual que los medios digitales y las redes sociales, especialmente TikTok y YouTube, que están ganando terreno gracias a influencers que se perciben como más cercanos al público. Si bien muchos medios tradicionales han migrado a lo digital, la desaparición de varios periódicos y la retirada de la financiación internacional debilitan especialmente a los medios independientes, lo que reduce aún más el pluralismo de la información.

Contexto político

En 2022, Colombia se dotó por primera vez en su historia de un gobierno de izquierdas con una coalición mayoritaria. Sin embargo, la ruptura de esta coalición en el Congreso y los malos resultados del partido en el poder en las elecciones locales de finales de 2023 reflejan una pérdida de apoyo político. El Gobierno intenta contrarrestar las críticas de la prensa tradicional en las redes sociales, y se ha señalado a altos funcionarios por estigmatizar a periodistas. El Ejecutivo ha puesto en marcha varias iniciativas relacionadas con el sector de la información, como medidas de protección para periodistas y de apoyo a medios alternativos, la creación de redes de “comunicación solidaria” para favorecer un periodismo más inclusivo y participativo, y propuestas para apoyar la gestión de los medios de comunicación. 

Marco legal

La Constitución de 1991 garantiza la libertad de expresión y de información. Cada sector mediático (radio, televisión, prensa escrita) dispone de su propia jurisprudencia, pero es tal la multiplicidad de leyes, que solo generan confusión. Entre 2018 y 2022, el gobierno impulsó la reforma de leyes sobre la televisión y las tecnologías de la información en el Congreso, y trató de coartar la libertad de prensa en varias ocasiones. En cada período electoral, las autoridades limitan la difusión de informaciones sobre el “orden público” a las confirmadas por fuentes oficiales.

Contexto económico

Una gran parte de los medios regionales están controlados por fondos públicos o empresas locales, limitando así su capacidad crítica. Los medios comunitarios, independientes y alternativos cuentan con fuentes de financiación reducidas, mientras que, en el ámbito digital, los ingresos publicitarios han aumentado considerablemente, y al menos dos medios independientes viven ya de la contribución económica de sus audiencias. Los portales de noticias de pago están en auge y los medios tradicionales recurren ahora al sistema de suscripción. Tras la pandemia, algunos periódicos reanudaron sus versiones impresas, pero la escasez de proveedores de papel y la devaluación han encarecido los suministros.

Contexto sociocultural

Diversos estudios advierten de la creciente desinformación y el desapego a la actualidad por parte del público, que considera tendenciosos a los periodistas. La expansión de la conectividad en el país sigue resintiéndose del escándalo de corrupción en el Ministerio de Tecnología, Información y Comunicación (Mintic). En las regiones, persisten los vínculos entre periodismo, política y negocios. Además, algunas personalidades influyentes, participan en la estigmatización de los periodistas críticos.

Seguridad

El periodismo sigue siendo una profesión de alto riesgo en Colombia. La cobertura de temas medioambientales, como la minería o la deforestación, los conflictos armados, la corrupción o los derechos comunitarios, expone a los periodistas a amenazas, estigmatización y violencia. La expansión de los grupos armados, presentes en 253 municipios, agrava la situación. El Clan del Golfo controla 60 zonas, mientras que disidencias del antiguo conflicto armado y otros grupos criminales operan en amplias regiones del país. A pesar del programa de protección de periodistas, las amenazas persisten.

Colombia: Amenazas contra periodistas de investigación se recrudecen a pesar de los esfuerzos de respuesta del gobierno.

Desde septiembre de 2024, Reporteros Sin Fronteras (RSF) ha documentado un aumento de las amenazas contra periodistas que investigan a grupos paramilitares y al crimen organizado en Colombia. A pesar de los esfuerzos del gobierno colombiano por responder a los casos más urgentes, tras el compromiso asumido por el Presidente con RSF y la FLIP, los periodistas amenazados siguen temiendo por sus vidas y las de sus familias. RSF condena enérgicamente estas amenazas y pide a las autoridades colombianas que vayan más allá y tomen medidas concretas para garantizar la seguridad de estos periodistas.

Los periodistas colombianos se enfrentan a amenazas recurrentes de grupos paramilitares y bandas criminales. En los últimos dos meses, periodistas de al menos cinco medios de comunicación diferentes, en todo el país, han recibido una serie de amenazas, incluso de muerte, lo que ha llevado a algunos periodistas a autocensurarse. El presidente Gustavo Petro ha recibido directamente los casos más urgentes y ha solicitado públicamente que estos periodistas sean puestos bajo protección estatal, una respuesta positiva al  compromiso asumido con RSF y la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) en agosto de 2024. Sin embargo, mientras continúan las amenazas, muchos periodistas siguen temiendo por sus vidas.

«Se dio un paso importante cuando el presidente Petro se comprometió con RSF y la FLIP a crear un canal de alerta directa para tratar los casos críticos de violencia contra periodistas. Aunque la respuesta pública del presidente es un avance positivo, está claro que la violencia y la intimidación contra los profesionales se está extendiendo más rápidamente que las protecciones del gobierno. Ahora se necesitan medidas urgentes y contundentes para garantizar que los periodistas puedan llevar a cabo su trabajo sin temor a amenazas, acoso o violencia.

Artur Romeu

director de la oficina para América Latina de RSF

Periodistas y medios de comunicación amenazados

El 23 de octubre, RSF  denuncío que el periodista José Ignacio Arango, fundador de Noticias Cúcuta 75, recibió amenazas de muerte de al menos tres grupos criminales que le  exigían compartir los mensajes que ellos le pedían. Hace un mes, Arango ya había solictado apoyo a la Unidad Nacional de Protección (UNP Colombia), tras recibir amenazas debido a sus investigaciones sobre corrupción. Según el periodista, la protección ofrecida hasta ahora es insuficiente para garantizar su seguridad.

El periodista Nicolás Sánchez Arévalo, del medio digital Vorágine, cuyo trabajo investigativo se ha centrado en la relación entre empresarios y los actuales grupos narcoparamilitares del país, ha sido  amenazado de muerte por una cuenta anónima de Instagram. Las amenazas, recibidas desde el 9 octubre, también afectaron a su familia, lo que el periodista considera una forma de intimidación psicológica. Debido a estas amenazas, el medio ha suspendido temporalmente las investigaciones para proteger a su equipo.

Desde 2023, William Stiven Rojas Rincón, periodista freelance que colabora con medios digitales como La Reacción Prensa, Colprensa Colombia y El Nodo Colombia, ha sido blanco de constantes amenazas de muerte por parte de las bandas criminales, motivadas por sus investigaciones sobre extorsión y el crimen organizado. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) otorgó medidas cautelares a su favor el 13 de octubre de 2023. Sin embargo, a pesar de esta intervención, el Estado colombiano no ha implementado mecanismos de protección efectivos. En septiembre de 2024, la CIDH  reiteró la urgencia de que el gobierno colombiano adopte medidas concretas para salvaguardar la vida de Rojas y cumplir con sus recomendaciones.

El 20 de septiembre, el periodista Leonardo Aguilar Arias, director del medio digital Noticias Doradita Regional,  denuncío amenazas de muerte tras publicar una noticia sobre la captura de siete policías vinculados supuestamente a grupos narcoparamilitares. 

La Revista Raya, un medio impreso de investigación crítica, enfrenta acoso judicial constante con múltiples demandas que buscan deslegitimar su trabajo y obstaculizar la difusión de información sobre corrupción y violaciones de derechos humanos en el país. El medio ha logrado documentar y exponer casos de corrupción que involucran a autoridades locales y grupos criminales, lo que ha generado represalias y amenazas de este grupo criminal. El 19 de septiembre, la revista declaró que sigue recibiendo amenazas de la organización narcoparamilitar Clan del Golfo. 

GRAFICA MAPOA COLOMBIA 115 / 180 – 119 180

Colombia sigue siendo uno de los países más peligrosos del continente para los periodistas. La cobertura de temas relativos al medio ambiente, los conflictos armados, la corrupción o la connivencia entre políticos, empresas, grupos armados ilegales y mafias expone sistemáticamente a los periodistas al acoso, la intimidación y la violencia.

Panorama mediático

En Colombia, tres grandes conglomerados dominan la información, mientras que la producción local sigue siendo limitada, lo que deja al 60 % del país sin cobertura mediática de proximidad. La radio sigue siendo el medio más extendido en el país, pero las emisoras independientes tienen dificultades para sobrevivir ante las dificultades económicas. La red pública, que cuenta con 72 frecuencias, ha reforzado su presencia en los últimos años, al igual que los medios digitales y las redes sociales, especialmente TikTok y YouTube, que están ganando terreno gracias a influencers que se perciben como más cercanos al público. Si bien muchos medios tradicionales han migrado a lo digital, la desaparición de varios periódicos y la retirada de la financiación internacional debilitan especialmente a los medios independientes, lo que reduce aún más el pluralismo de la información.

Contexto político

En 2022, Colombia se dotó por primera vez en su historia de un gobierno de izquierdas con una coalición mayoritaria. Sin embargo, la ruptura de esta coalición en el Congreso y los malos resultados del partido en el poder en las elecciones locales de finales de 2023 reflejan una pérdida de apoyo político. El Gobierno intenta contrarrestar las críticas de la prensa tradicional en las redes sociales, y se ha señalado a altos funcionarios por estigmatizar a periodistas. El Ejecutivo ha puesto en marcha varias iniciativas relacionadas con el sector de la información, como medidas de protección para periodistas y de apoyo a medios alternativos, la creación de redes de “comunicación solidaria” para favorecer un periodismo más inclusivo y participativo, y propuestas para apoyar la gestión de los medios de comunicación. 

Marco legal

La Constitución de 1991 garantiza la libertad de expresión y de información. Cada sector mediático (radio, televisión, prensa escrita) dispone de su propia jurisprudencia, pero es tal la multiplicidad de leyes, que solo generan confusión. Entre 2018 y 2022, el gobierno impulsó la reforma de leyes sobre la televisión y las tecnologías de la información en el Congreso, y trató de coartar la libertad de prensa en varias ocasiones. En cada período electoral, las autoridades limitan la difusión de informaciones sobre el “orden público” a las confirmadas por fuentes oficiales.

Contexto económico

Una gran parte de los medios regionales están controlados por fondos públicos o empresas locales, limitando así su capacidad crítica. Los medios comunitarios, independientes y alternativos cuentan con fuentes de financiación reducidas, mientras que, en el ámbito digital, los ingresos publicitarios han aumentado considerablemente, y al menos dos medios independientes viven ya de la contribución económica de sus audiencias. Los portales de noticias de pago están en auge y los medios tradicionales recurren ahora al sistema de suscripción. Tras la pandemia, algunos periódicos reanudaron sus versiones impresas, pero la escasez de proveedores de papel y la devaluación han encarecido los suministros.

Contexto sociocultural

Diversos estudios advierten de la creciente desinformación y el desapego a la actualidad por parte del público, que considera tendenciosos a los periodistas. La expansión de la conectividad en el país sigue resintiéndose del escándalo de corrupción en el Ministerio de Tecnología, Información y Comunicación (Mintic). En las regiones, persisten los vínculos entre periodismo, política y negocios. Además, algunas personalidades influyentes, participan en la estigmatización de los periodistas críticos.

Seguridad

El periodismo sigue siendo una profesión de alto riesgo en Colombia. La cobertura de temas medioambientales, como la minería o la deforestación, los conflictos armados, la corrupción o los derechos comunitarios, expone a los periodistas a amenazas, estigmatización y violencia. La expansión de los grupos armados, presentes en 253 municipios, agrava la situación. El Clan del Golfo controla 60 zonas, mientras que disidencias del antiguo conflicto armado y otros grupos criminales operan en amplias regiones del país. A pesar del programa de protección de periodistas, las amenazas persisten.

Una investigación de la Clasificación Mundial RSF 2025

Informe de Fernando Ballesteros Valencia periodista comunicador social, investigador con experiencia de tres décadas en periodismo comunicación social, políticas públicas formulador de proyectos de alto impacto social.  

Con el apoyo del Centro de Investigaciones y Comunicaciones para Iberoamérica.

Agenda Pública A.P.

Corresponsales de Paz