Circulo de Periodistas de Bogotá CPB 80 AÑOS

Circulo de Periodistas de Bogotá 80 AÑOS “Toda una vida, millones de razones”.

ADN del quién, qué, cuándo, dónde, por qué, y por tres décadas el para qué. Fue cuando en una mesa periodística que orientaba Javier Darío Restrepo en televisión;  entonces era el noticiero de las 7pm, hora en que me dedicada a la lectura; fue esa entereza que emanaba de su disertación sobre el papel de los sindicatos, una verdadera invitación a descubrir la magia del realismo mágico del periodismo que subyace como ADN  en el quién,  qué,  cuándo, dónde, por qué, y por tres décadas que he integrado  en mi trabajo en la tenaz tarea de transversalizar el periodismo en la comunicación social en las políticas públicas.  Allí descubrí el sexto dedo o el onceavo de las manos; el lápiz, esfero, la máquina de escribir, el computador, hoy el dispositivo móvil, herramientas que conecta las ideas del cerebro curtido, por las ideas con una página en blanco, ahí una máquina que no copia, materializa y crea lo más cercano a la verdad del comunicador; esa la extensión de la mano, teorizo otro maestro, escribe libros, la vida, la humanidad. 

Ello es obra de del maestro Javier Darío Restrepo; esa decodificación sin duda tenía sus pilares en la academia, en maestras, maestros, decanos, rectores y directivas como en Los Libertadores que vio en un joven una emoción al ver en la cartelera, ser elegido en la lista para ser admitido en la facultad de Ciencias de la Comunicación Social, y que el catedrático doctor Linares, güira a fin de ser aprobado un crédito estudiantil.  Desde entonces son tres décadas en las que anualmente  como un reloj me  exijo actualizaciones permanentes, trabajo que nos ha llevado a la máxima exigencia , la continuo formación en las facultades de comunicación, La Sabana, Sergio Arboleda, Jorge Tadeo Lozano, Javeriana, El Externado de Colombia, El Rosario, organizaciones gremiales en procesos formativos en sueños de especializaciones aplazadas de becas  impagables, de actualizaciones académicas año a año, de esfuerzos por una catedra libre desde un Nuevo Periodismo Latinoamericano; en la docencia y  colocando la primera piedra de la síntesis el periodismo en la Comunicación Social desde las políticas públicas, ciento setenta y cinco proyectos de alto impacto social tres políticas públicas, la más conocida “Goles en paz” ( Gracias a ese gran apoyo e impulsor Monseñor Alirio López – descanse en paz) caminamos los distintos senderos de las letras, el periodismo en la comunicación social.

¡Ahí el para qué del periodismo! Y viene a mi mente, como quien encuentra el mensaje de un náufrago en una botella;  en una pared ejerciendo el periodismo de televisión en Canal Capital ”Si el periodismo no logra cambiar algo cada día, para que el periodismo” y agregaría “si el periodismo no logra que el estado social de derecho en Colombia a través de las políticas públicas cambie la realidad perversa de nuestras sociedad en un estado de bienestar real;  el periodismo, no, se, desaparecerá, se transformara en algo que no es periodismo, ni comunicación social; seremos borrados de la memoria pública, desaparecido, como el náufrago que nunca le fue leído su mensaje. 

El qué,  del oficio más hermoso del mundo; ese que nos hace revoletear las mariposas amarillas en el estómago,  con ideas e ideales en el cerebro, ese el del “zumbido al moscardón”,  el veedor de los recursos públicos, el rebelde, revolucionario, el inconforme, el sediento de leer todo  sin saciarse,  ese que se inventa  por en encima de la tragedia,  por sobre la horrible noche, la paz germina ya,  ese que  recrea para un mundo feliz,  un universo  desde el exilio, interno y externo, en cien años de paz en la vida y prosperidad de todas y todos. 

Un oficio, el de la memoria olvidada, del historicidio, de una sociedad en cuya colectividad sea memoria de Aureliano Buendía, tan superior que, como poliglota, lea la realidad desde griego, herencia de civilidad; ese, el oficio que todos los días cambia algo en bien de su sociedad y no de quienes caen en el abismo de la sin importancia, o la superioridad del poder o el interés personal o del empresariado.

Ahora que las mariposas amarillas nos siguen como hojas al viento, a fin de ser atrapadas con letras inmortales de objetividad e imparcialidad de glosa que repose en la verdad, la objetividad, que sobre escriba la verdad sobre la mentira, que deje la manipulación solo como un ejemplo para exaltar la verdad. 

El libro de la historia de los ochenta años del CPB nos plantea su re-lectura, reflexión, la del pasado, la del presente cuya sentencia sea ser mejores, una gran familia de colegas, por un futuro que hace casi tres décadas de leerle, escucharle, de escribirle, se consolide en la catedra que en aquella noche ¡llamara toda mi atención!, y quedara inmersa en mi memoria como huella imborrable,  la entrevista con la historia que hacia Javier Darío Restrepo de los sindicatos, en este el sindicado que es el CPB, en el bien estar de sus asociados, como referentes del periodismo de los fundadores y que hoy es el legado de las presentes y de las próximas generaciones de estudiantes de comunicación social, de periodismo; de nuevas cátedras  formuladas por tanto caminar  de vidas  a exaltar en  mujeres y hombres brillantes del CPB, que  solo con escucharlos encontramos el mensaje de  la memoria de personas diáfanas que nos hablaron y escucharon que nos dejaron grabado su ADN.

Gracias Circulo de periodistas de Bogotá CPB, por esta caminar de ochenta años, que continuaremos haciendo como el caminante “que si hay si hay camino en la paz, con respeto por la institución fundante y aun, en el andar”.  

Con la tarjeta profesional de periodista No 12692 del Ministerio de Educación Nacional

La ley 51 de 1975 diciembre 18 Articulo 11

La circular SGL – 117 del 7 de julio del 2008 expedida por el CPB que registra el 23 de junio del 2004 como asociado y entonces y hoy, miembro de la Comisión de Disciplina, dos periodos como Secretario de Relaciones Internacionales. Caminante de las letras al andar.

A la memoria de las y los mejores de ahora, y de los que serán inmortales por siempre…

Por: Fernando Ballesteros Valencia

Periodista Comunicador Social