POPULISMO Y SOCIEDAD EL PODER DE CAMBIO POR LA VIDA
Asistimos a un cambio de paradigma. EL MODELO SOCIAL
DISCRIMINACIÒN, SEGREGACIÒN, ELIMINAR DESDE LA ECONOMIA DEL PODER
ECONOMIA DE LA SOCIEDAD DE CLASES EL PODER Y DEMOCRACIA SOCIAL
EL POPULISMO COMO CONTRA PODER DE LA SEGREGACIÓN A LAS SOCIEDADES SOCIALES.
ELECIONES PRESIDENCIALES EN COLOMBIA.
¿QUE ESTA EN JUEGO?
Por: Fernando Ballesteros Valencia.
Los populismos no son contrarios a las instituciones, en la práctica las experiencias de México, Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, Perú, han contribuido a edificar la institucionalidad y son tan admiradas por las democracias europeas, que han construido a las repúblicas.
UNA DEMOCRACIA TRES CAMINOS, UNA SOLA VERDAD
La sociología, como la antropología de los ejercicios académicos manipuladores; tienen su asidero en la guerra fría, se disfrazaron los modelos de neutralidad; a ellos se suman los discursos, la publicidad y la propaganda, que se extendió a discursos mediáticos; una herramienta de manipulación desfiguradora de los procesos sociales; las ciencias políticas como estrategia de descredito de los movimientos sociales, propios y aplicadas en la propaganda de la Alemania Nazi. Así se han metido en un mismo molde los extremos; la extrema derecha y a la izquierda, en tal sentido se busca desfigurar los movimientos sociales, la estigmatización de la izquierda a diferencia de Europa y que en correlación en las Américas del centro, del sur, se manipula como lo malo, todo los social es de izquierda de derecha, de centro, es la sociedad en general quien mide la efectividad y da sentido al estado, cuando el estado del poder es manipulado hacia un interés en particular, el estado no existe, y la sociedad se organiza para superar sus problemas, ello en relación directa es el populismo, una forma de expresión, que valida el ejercicio social, la participación en política de los ciudadanos, en oposición el poder captado como estado representativo en la clase política desliga a partir de un discurso generando desde el miedo, temor, un discurso que minimiza, humilla y hace invisibles a las colectividades sociales, la estigmatiza y descalifica.
Las organizaciones, los movimientos sociales, se les niega la transformación y el mejoramiento de la vida colectiva social, adolece la sociedad colectiva de criterio desde el discurso del poder “pueblos sin educación” el pueblo solo vota, si, a la guerra, el pueblo es salvaje, es un discurso que busca descalificar.
La vida, la paz, la esperanza son el activador, “la masa con candela”, de sociedades que se piensan el cambio de paradigma absolutista, a un paradigma social; es la contra lógica de la oligarquía; el sometimiento por la segregación del sujeto social de la persona, el empobrecimiento de las llamadas clases bajas; la mayoría de una sociedad excluida.
En tal sentido, los movimientos sociales que buscan revindicar los derechos, el relamo legítimo de los derechos civiles, de los derechos humanos, de un estado social de derechos; que es el ejercicio histórico de la demanda de estos los movimientos sociales y que están representados, es lo que se definía como el movimiento de masas, los movimientos populares, los movimientos populistas, cuya suma vienen a ser los mismos reclamos de derechos, principios, valores éticos, morales propios de una sociedad, el fin de las democracias del estado social de derecho en una democracia real.
Pensándonos histórica mente. Un lugar de encuentro por los afectos, por la vida. Un cambio por la historicidad de la identidad.
La Colombia ancestral, la Colombia histórica, la Colombia de la academia, la Colombia de los sin nada; la Colombia de todas y todos, la Colombia de los nadie. Una sociedad inclusiva una sociedad en general democrática mente popular; es ahí, la tesis del populismo que es la organización social; es pasar de una comunidad representativa y excluida por un modelo manipulador a una sociedad inmersa en el estado edificando la nación desde las realidades sociales en el territorio a partir de la paz.
Colombia, un país que es un triangulo vital entre las Américas del norte, centro y sur América, donde se fundara la Colombia Grande, la Gran Colombia; otrora parte del imperio Inca, de culturas milenarias como lo registra los periódicos murales – arte rupestre – de Chribiquete pruebas de C-14 registra 17.000 ac. Una Colombia potencia mundial de la vida, agrícola, bioambiental, social mente vital; cuyos inventarios la ubican siempre en el primer lugar por su Biodiversidad, cuna de una, de miles de especies, ya algunas extintas; la suma de sus bondades y privilegios le hacen única; con dos océanos de gran potencial por y para los colombianos todos, alimentario y de cuidado frente al cambio climático; una nación potencia en fuentes hídricas, riquezas minerales, infinita en la riqueza del subsuelo, que requiere se detenga el estractivismo que precariza la vida humana, que enriquece a unos pocos y empobrece a todo el país; una ubicación geo estratégica en el mundo, un mundo de climas propios de un país ilimitado en bondades naturales que produce alimentos durante todo el año, es la seguridad alimentaria de Colombia y del mundo, es lo que defienden las comunidades territoriales, con prosperidad para todas y todos.
La Colombia grande, la Gran Colombia, se funda con sus ilimitados inventarios de riquezas, un canal el de Panamá, un país insular, una nación peninsular, con una plataforma continental de los privilegios naturales; una prurietnicidad in-agotable por su multi-culturalidad, una sociedad inteligente, audaz, progresista, creativa y capaz de superar la guerra, encarcelar la corrupción de quienes hicieron del estado un estado narcotraficante, paramilitar que asesina sistemática mente a lideres, despoja a campesinos, y masacra comunidades en el territorio.
Un país de tanta prosperidad, estudiado, analizado de batallas eternas, que han forjado la patria existente y inexistente de derechos; de ello dan cuenta universidades como la nacional, el Externado de Colombia, los Andes, la Academia de la Lengua, la Academia Colombiana de Ciencias Exactas Físicas y Naturales, la Academia de Historia, las escuelas de ingeniería, las comisiones de sabios, todas las letras juntas le encumbraron como la Atenas sur americana, tal como la denominara Borges en su paso por la Bogotá renaciente. Allí se erigieron las inmortales letras del novel de la literatura, así; Candelario Obso, Rafael Pombo, José Eustasio Rivera, Jorge Isaac, Manuel Zapata Olivella, Francisco Antonio Cano, Pedro Nel Gómez, Débora Arango, Emma Reyes, Alejandro Obregón Omar Rayo, Fernando Botero, Gabriel Gracia Márquez, Fernando Vallejo, William Ospina, Marta Traba, Doris Salcedo, Jorge Reynolds, Manuel Elkin Patarroyo, Rodolfo Llinas, Emilio Yunes, Nubia Muñoz, Adriana Ocampo, Nelson Sabogal, Sonia Osorio, Ana Consuelo Gómez, Petrona Alvares, Joe Arrollo, Toto la Momposina; en suma, cientos ahora y siempre, edificadores de un país de paz desde la muti-culturalidad, representados en todas y todos los colombianos, en el territorio nacional y los de la diáspora en el mundo de los nacionales.
Benkos Biohò, suman cientos, miles, millones de sacrificados, victimas, que han erigido como diáfanos defensores de los derechos humanos, las identidades colectivas, la cultura, los símbolos y signos que de cifran el ADN de un realismo mágico, el camino de ser juntado para la memorable obra de país que es Colombia.
Transversalizado por el contrapoder hegemónico de la fuerza, un Republicanismo democrático, una academia militante, los saberes, las experticias, el hacer país, nación, estado.
A manera de síntesis y como resultado de la colisión histórica, de las múltiples miradas, surgen los paradigmas del poder, las sociedades de los equilibrios, y los del caos, del poder a fin y al cabo; uno hegemónico, un estado impuesto, que somete a otro al social, que se libera – libertad; así, una sociedad mayoritaria que jalona el cambia por la vida, otro, el de la concentración del poder del estado en pocas manos, que retorna cíclicamente a la mazmorra del oscurantismo, es un perfecto remolino del caos.
El dominante y el dominado, el libre pensador, el encarcelador de la libertad, el que somete, el que no se deja someter, fuerzas y contra fuerzas que se forjan, como el hierro frente al fuego. ¡Que fuera la masa sin candela! Llamas del sur.
Entre las limitaciones del sometimiento, y las posibilidades ilimitadas de la libertad, emanan los movimientos sociales, los limites dan forma a los ilimitados de las identidades, el populismo como síntesis de la contra cara de los estados oligárquicos.
El ascendente de movimientos sociales en el mundo, olas, mareas, colectivos sociales, organizaciones populares, liderazgos políticos populares, ejercicios de participación social populistas por el poder. Asistimos a un nuevo modo de democracia, propio de la humanidad espontanea, la del realismo mágico, de los nadie, de los excluidos, de las masas sociales; de la sociedad en mayoría de Colombia por el cambio; en las democracias fallidas siempre hay una salida a la sin razón, a la corrupción del estado. Mientras en la frontera occidental se erige el modelo ideal de democracia que todos debían seguir; emana la primaveral tropical manera; experimenta el modelo del nuevo mundo que es posible.
Un rompimiento con las herencias coloniales, y distante del viejo continente y sus resultados. El populismo como camino democrático, es un movimiento social propio del nuevo mundo, es una fuerza de gobierno representado en cambios frente la historicidad fragmentada que ha generado la fractura, el miedo, a partir de las guerras como modo de opresión de las sociedades; de esta, la tierra del fin del mundo.
Los lideres existentes del populismo encarnan las fuerzas sociales, las deudas históricas de los países fragmentados por el poder de las minorías que se han apoderado de la riqueza, en sentido de gobiernos autoritarios.
Un liderazgo, que recrea la suma de posibilidades envolventes de los movimientos sociales y sus demandas reales a todo nivel. Los populismos no son contarios a la institucionalidad, México, Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, Perú con lideres políticos, de cuyas tesis sociales emana una resignificación al estado de poder de una oligarquía a una estatibilidad social; este cambio de paradigma de la administración con las bases sociales, bases populares que comienzan a gobernar las instituciones como un lugar de representación y de inclusión social; instituciones que representan derechos para las mayorías, frente a los estados oligárquicos de una minorías. Pasar a estados populistas gobernados por las mayorías.
La oligarquía como modelo, ha empujado y creado las bases para la creación de estatidades populares, estados populistas, el gobierno de la mayoría para las mayorías, donde todas y todos tienen cabida y representatividad, todos son importantes a un las minorías, la oligarquía. La estatalidad popular como una forma de desencriptar el realismo mágico, una segunda oportunidad sobre la tierra, es ir mas allá de la muerte, del miedo infundido. Un cambio por la vida.
El nacimiento en Colombia de las manifestaciones sociales, y sus demandas por décadas; más de medio siglo de guerra; escalaron a estilo popular sus inicios en la revolución del 20 de julio del 1.810, sus batallas, a sus búsquedas le siguieron genocidios, hasta magnicidios, Gaitán; se cercena de tajo por el modelo oligárquico un orden social natural, una sociedad que no tiene respuesta a sus demandas; se rompen los equilibrios de las fuerzas sociales, los equilibrios y los pesos y los contrapesos históricos que son propios de esta sociedad única; se rompe un proceso histórico, se aplica el modo colonial de asesinar y el escarnio público del miedo, del esclavismo colonial con Benkos Biojò.
El siglo veinte, es de la reorganización de esos desequilibrios sociales, en términos de derechos humanos, de libertades, de bienestar económico, transversalizado por ciclos del terror del estado oligárquico, tales actos empujan al orden social, a la democracia populista a desarrollar una plataforma social que le empodera y organice política mente, al margen del modelo clientelista que deslegitima la función del estado.
Anotar que el tipo de definición de las democracias de América latina, que identifica un modelo democrático propio y por lo tanto, único, democracias basadas en la acción popular acorde a sus realidades. En tal sentido, el modelo de las democracias europeas, como paradigmas sociales, encuentra en el nuevo mundo una resignificación y se propone una democracia directa, horizontal, la democracia del populismo. Un rompimiento con las herencias coloniales, que define a las democracias populistas como estados fallidos, cuando los estados fallidos han sido los estados administrados por el reflejo del modelo colonial feudalista.
Histórica mente democracias fallidas son las democracias latinoamericanas que han sumido a sus sociedades en la pobreza, siendo países ricos, y que se define como estados de corrupción, guerra y segregación con un modelo de apartheid social, así utilizar al estado para enriquecerse, para la concentración de la riqueza en dos mil personas. Haciendo de los países campos de concentración de la pobreza, la miseria, con ausencia de educación de calidad, ausencia de salud social, ausente de bienestar y progresismo colectivo, propio de las riquezas de los paises.
La periferia, el atraso, el sub desarrollo, el tercer mundismo, los sudacas, en definitiva, es el modelo imperante de las democracias fallidas, es la herencia colonial en su máxima expresión; el ultimo reducto de los cobardes, que han llevado a Colombia a convertirla en una fosa común.
El liderazgo social representado en el caudillismo, es otra de las representaciones sociales, sus formas de resignificar, recrea, da forma al liderazgo con elementos del realismo mágico social del nuevo mundo, así, dar significado a sus identidades; representaciones en una o personas, lideres y lideresas, el cuerpo que encarna a quienes les gobernaran; ejemplo de ello es una fuerza de gobierno representado en Gustavo Petro y Francia Marques; como representantes sociales de ese movimiento popular y que hace la representatividad como fuerza de gobierno popular; son lideres que encarnan las demandas populares, las deudas históricas, un verdadero liderazgo social que encarna demandas de sus sociedades; a fin de ampliar los horizontes sociales y colectivos; los populismos no son contrarios a las instituciones, al contrario las experiencias de México, Brasil, Argentina, Bolivia, Chile, Perú, han contribuido a edificar la institucionalidad tan admiradas por las democracias Europeas, que han construido republicas.
La historia de la humanidad, esta llena de paradigmas, que a su vez han ido cambiando; se han modificado, se han transformado y se han dado nuevas maneras, formas y trasformaciones en el orden social específicamente, y que aquí pretendemos registrar como hechos históricos; estaríamos ante un cambio de paradigma social política mente correcto en términos de los órdenes sociales; escalado paulatina mente desde las lecturas y realidades de los golpes de estado en la América Latina, los estados totalitarios, las dictaduras militares, los históricos de la pobreza, de las guerras inacabables, que desdibuja el progreso; las limitaciones de acceso a calidad de vida, de educación de calidad, de bienestar, de progreso y todo lo que implica un estado de bienestar por un lado, por el otro, todo el estandarte de los derechos humanos que están siendo borrados bajo una estrategia dosificada de secuestros, desaparición forzada, asesinatos selectivos, sistemáticos, masacres y exterminio de partidos políticos de corte populista – popular – social ciudadano.
El estado social de derecho, es el termómetro que define la calidad de los derechos de una democracia, entre este sea más evidente, solido, contundente en la protección de los derechos civiles, una democracia se fortalece, su estado se consolida; sus instituciones se perpetúan institucional mente hablando; esta columna vertebrar debilitada, precariza y da nacimiento a los estados democráticos fallidos y ello se puede evidenciar en la estructura misma del estado en la separación de poderes; entre más autonomías tengan estas instituciones; más sólida es la democracia, más independiente y democrática mete fuerte es la institucionalidad; lo contrario es una dictadura disfrazada de democracia; un estado democrático fallido. Un estado simplemente administrador de poder es un estado fallido, Un estado progresista, populista, social, democrático, culla escala ascendente de crecimiento se mide por un constante bienestar de todas y todos, los habitantes, es la democracia.
El trabajo social por la reivindicación de los derechos civiles, el populismo, es el motor del progresismo del estado social de derechos, la pluralidad ideológica, la pluralidad de las diferentes formas de lucha. Un movimiento plurinacional popular se puede leer en los movimientos emergentes desde el progresismo de la Bogotá Humana, de la Colombia humana, el pacto histórico, el cambio por la vida; es la defensa de la democracia participativa, que esta en la Constitución, en el acuerdo social que rige a todas y todos los colombianos. Es la puesta sobre las realidades sociales, que incluye sistemática mente a los nadie, a los excluidos, a la comunidad, a la sociedad en general; es lo opuesto a un gobierno de elites, a un estado utilizado para el despojo, el descredito. Es la demanda social por el cambio, la sumisión a partir del miedo, por la manipulación; es hacer que los pueblos, los países, las personas, cuenten, existan, tengan vida, puedan vivir en paz, vivir sabroso.
Solo la institucionalidad, devuelve los derechos a las sociedades democráticas, un proyecto plurinacional puede cohesionar las trasformaciones sociales de los derechos civiles, de la convivencia social con diferencias.
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