EL ESLABON PERDIDO ENTRE EL PERIODISMO Y LA COMUNICACIÓN SOCIAL
Desde las tecnologías de la comunicación y del poder de la información en la disruptividad.
Por: Fernando Ballesteros Valencia
La prensa, la radio, la televisión, como canales de información y divulgación de contenidos, sociales, culturales, políticos económicos de geoestrategia; tal como los conocimos hasta el siglo XX; afrontan el mayor reto, el de las ciencias de la comunicación social en el periodismo; desde el periodismo, el de la revolución francesa, el liberal inglés, el de la libertad de expresión norte americana, el periodismo de involucramiento canadiense. En América desde México a la tierra de fin del mundo, la Patagonia, los medios de comunicación fueron, son los mayores influenciadores políticos, modeladores de modos y formas de cultura de comportamientos de consumo masivo; los historiadores del día a día, el periodismo, con un énfasis especial en la penetración en la línea de la urbe, la ciudad, la metrópoli, la selva de cemento; allí donde los fenómenos, escalan impactos y trascienden a la inmensa mayoría, ahí la noticia que como olas en cuya cresta modela el discurso, en lo social cotidiano, de lo que habla o se dialoga en cada lugar de la actividad colectiva; la esquina, el barrio, localidad, la ciudad; la aldea global.
Más rápido, estrepitosamente; los grandes fenómenos sociales, marcaron la línea gruesa, dando origen o forma a lo que se llamaría la comunicación de masas; a ello le ha seguido la opinión pública, a hora mercados de consumo o segmentación de la mercadotecnia del impacto informativo.
La gran guerra o la primera guerra mundial, la segunda guerra mundial, los acuerdos de los aliados, los efectos de este segundo gran “orden mundial” que modelaron las repúblicas liberales, la revolución en marcha, los procesos de modernización cultural, el ordenamiento jurídico; procesos en los cuales el medio de comunicación, las agendas mediáticas, el cubrimiento periodístico, las organizaciones de prensa, agencias de prensa, dan la lucha contra corriente al poder por la verdad, desde la objetividad y la imparcialidad, se ponen en la esfera pública realidades de corrupción que deponen presidentes, detienen dictaduras, denuncian masacres, visibilizan holocaustos. En medio, las líneas del poder, dicta y priorizan intereses económicos, sociales, culturales, políticos. Se profundizan dinámicas de desigualdad, el terror es la primera plana de las noticias, en medios radiales, televisivos se cuentan por decenas los muertos, la crisis humanitaria, el asesinato de líderes, el arrasamiento de los bosques tropicales, el super desarrollo de los transgénicos remedos de la naturaleza, el desmadre del poder.
Programas para adultos, familias, jóvenes, infancia. Se dictan franjas que los medios de comunicación alinearon al modelo de su interés; económico, político, ideológico, estratégicos de poder, se fueron estrechando más, a ello la línea gruesa, la de los intereses de estado, de la iglesia; hoy, es determinante la separación de poderes, de mercados de consumo, poblaciones sujetas al poder o a ser influenciadas por el poder; la verdad, la objetividad, la imparcialidad, herramientas de credibilidad, vitales para la vida de los contenidos y la integridad del periodismo; por ende de las empresas mediáticas – periodistas – a la mass mediatización informativa, la publicidad, migraron de la verdad a la propaganda, al marketing informativo.
Se estrecha el túnel, la luz al fin del túnel de las teorías de la mediación; termina por dar claridad, se revelan las negociaciones del poder y del manejo mediático de la información. En Colombia, la separación del estado de la iglesia, de los intereses por los procesos educativos, del control de los raciocinios espirituales; fueron una tabla en medio de la creciente marea del poder mediático a la que convergieron grandes líneas de definición de contenidos, a hora, por un lado el estado, por el otro lo espiritual.
Estos pesos y contrapesos de lucha de poder, hizo desde los inicios de los medios impresos, la conformación que fue escalonando un proceso de clanes, familias, monopolios, oligopólicos; hasta el modelo de multinacionales corporativas; ello tiene su genesis en la prensa de rotativa; esta por la que llevaran a la cárcel al hombre de las leyes, en la declaración de los derechos humanos, Antonio Nariño y la traducción de los mismos, el precursor de los derechos humanos, la edición de los Derechos del Hombre y del Ciudadano; esta, hoy consumada por el invento de la nueva imprenta “la digital” un nuevo grito de independencia.
Las transformaciones sociales, emergentes, generación a generación en los derechos civiles, la modernización cultural; que como fuerza lunar agitan las mareas sociales, producen tormentas, la revolución de las masas; ajustes y desajustes a las libertades; el derecho de expresión. En mil novecientos treinta y seis enmarcaron limites a los procesos sociales, periódicos liberales, versus medios impresos conservadores, reflejaron claramente estos traspiés de la estructuración del poder en el estado, en la concepción de nación y de profundización democrática participativa que tardaría hasta mil novecientos noventa y uno en dar sus primeros pasos. Hoy veinte nueve años de refundados los derechos civiles, las noticias en los medios no cambia su portada.
Santos, Cano, El Siglo, fueron medios atados a apellidos ligados a este modelo en el que el liberalismo versus conservadores llevaron a un país por el cinto al frente nacional, generaciones, partidos por el trapo rojo, o el azul; sociedades de cien años de soledad, el Gaitanismo, empujado al memoricidio; la revolución en marcha, la radio saco y a su vez, creo un habito en la radio de miles de campesinos, bajo el poder de la iglesia en el campo, en un atraso milenario de transformación y desarrollo agraria; la televisión, ahondo en tales dinámicas; en un sistema mixto, estado, clientelismo – negocio, una plataforma bipartidista.
Vinieron las reiniciaciones democráticas, partidos políticos podían acceder a los medios de comunicación, movimientos políticos como la UP, luego casi exterminado. Los años ochenta dejo ver un estado interventor, paso a una apertura del mercado total en los años noventa.

La gran crisis de los medios de comunicación, la relaciones con la corrupción; el grupo Gran Colombiano, el banco de la iglesia, el periodo de López Michelsen; las acciones delictivas de un actor superior, el narcotráfico, visibilizo el poder de la comunicación, con la acción el asesinato contra Fidel Cano, un referente del periodismo; grandes oleadas veríamos pasar, cuerpos en los ríos llorar, más adelante, el proceso ochomil, Odebrecht, los bonos del agua, realidades extremas que llevan a un pueblo a los límites del caos, pobreza, ausencia de salud, de calidad, educación, fuentes de trabajo, el país de mayor concentración de riqueza en pocas manos, el desorden administrativo de un estado cuestionado a nivel internacional, como inviable que enfrentará, las continuas oleadas de corrupción, asesinatos selectivos.
Se visibilizarían las ofensivas de un estado subvertido en el sentido social, denota la ofensiva contra el proceso de paz del ex presidente Juan Manuel Santos, Nobel de paz, el asesinato selectivo, el asesinato de líderes, mujeres, jóvenes, que se ve enfrentada a las realidades del post conflicto. La paz se firmó, pero vivimos en medio de la guerra.
La Jurisdicción especial para la paz, “la verdad periodística”, los político permeados por grupos al margen de la ley, periodistas como Klim, Daniel Samper, Daniel Coronel, María Jimena Duzàn, la crisis del diario la Republica quienes dejaron al desnudo los brazos macabros del sistema democrático, medios de comunicación y el rompimiento profundo en términos éticos con la opinión publica.
Las demandas y los reclamos de la sociedad, desde todos los marcos políticos, culturales, se enmarcaron en un modelo excluyente. El color político fue un filtro que dividió tangencial mente en la realidad del país, las clases sociales, el estrato social, socaba las bases del estado social de derecho.
Un hecho se registró, la revista alternativa irrumpió con este modelo de binomio partidita de periodístico, rompió el modelo y marco un distanciamiento entre lo medios y el poder el modelo presidencial.
El estatuto del periodista, las licitaciones para televisión, en el gobierno López Pumarejo, en paralelo las líneas de la Unesco y las políticas de comunicación; jerarcas críticos con las agencias de prensa internacional, en lo nacional, era la otra cara de la moneda la del interés de los inversionistas en los medios desde palacio.
La carta magna de 1.991. El sorteo de los medios de comunicación, la riqueza del estado, el renglón económico del campo, las empresas de comunicación, pasaron de ser patrimonio de la nación a los intereses de la clase política, sus inversiones en los medios de comunicación.
Los intentos de paz de los años ochenta, son el inicio de la apertura democrática, la supuesta entrega de la televisión a los ciudadanos, ley 42 del 85, la creación del Concejo de televisión, con líneas de participación, las modificaciones constitucionales, los marcos del acuerdo de paz, el acceso de los partidos a los medios de comunicación, todos elementos constitutivos de la Agenda Pública; el proceso constituyente recogió las lecturas sociales, académicas, sindicales, enterrados en la historia patria, las reivindicaciones de derecho a la información un derecho a la comunicación, abriría el compás del antiguo modelo derecho a la prensa de 1.886, que en el marco internacional, eran claros los Derechos Humanos, pactos internacionales, la convención de los derechos humanos, que habían consagrado el derecho a la expresión, el derecho a la información, era la huella de los derechos inalienables de la humanidad que se consagraban como referente de transformación de los viejos modelos, la marca de occidente como supra modelo.
El derecho a la comunicación era la nueva tabla filosofal para entender la dinámica de la opinión pública, el mundo de los no alineados, el mundo hablaba del derecho a la comunicación. Mientras en Colombia la constitución del 86 copiaba exactamente de la libertad de prensa, el articulo veinte de la constitución Española de 1978; algunas garantías, lo que le daba la espada al derecho a la comunicación; el debate estaba sobre la mesa eran los años 70 y 80, quien no conoce el pasado…. Entonces, los hechos que estremecieron el mundo social, político, cultural, geopolítico, marcarían una vez más el rumbo de esos cambios, con la disolución de la Unión Soviética, el mundo socialista, los países no aliados, los países del mundo emergente o tercer mundo, reclamaban un derecho a la comunicación; pierden. Las olas que marcan el inicio, origen a la libre iniciativa, la prestación de servicios públicos por parte del estado, los particulares, la libre iniciativa, las comunidades organizadas, proceso de liberalización, privatización económica, los servicios de telecomunicación en el monopolio del estado, todo a hora en manos de los sectores privados, los servicio públicos; con la intervención del estado en la economía se permite los procesos de liberalización, de privatización y de globalización económica, impactando el campo de las comunicaciones, entidades como Inravisiòn, Telecom, el sector de telecomunicaciones, esas las gallinas de los huevos de oro, empresas que hoy facturan más de 33 millones de pesos al año, entregados a los mercados internacionales, generando una concentración de medios especial mente extranjeros en industriales, otra huella profunda la desaparición de sindicatos como ACOTV.
Los medios de comunicación como se conocieron en el siglo veinte, una vez más, vieron venir otro jinete del apocalipsis, la creación de la nueva imprenta, esta vez ya no por Gutemberg, era la imprenta digital. Ya no eran panfletos pegados en las paredes, copias de mano escritos solo para letrados. Los tipos gráficos móviles, migrarían a los códigos binarios, las columnas a redes sociales, el periodismo de salas de redacción de grupos cerrados a abiertos e integrados por cientos, miles de salas de redacción en cada y todos los lugares con dispositivos móviles. El clásico periódico paso del voceador, al alarido de las plataformas digitales.
La revolución de los rumores, mítines, protestas, en todo el mundo, era como si se sucedieran en un solo país, es la aldea global que levanta su voz, la de la comunicación social, noticias falsas, fase new, la contracultura, la deslegitimación la de la voz del pueblo, la voz populi, el asincronismos, el isomorfismo, la transmedia, la convergencia en la disruptividad es la comunicación social que se toma el estado social de derecho de comunicar, de informar, de guiar una opinión pública, silenciada, acallada, temerosa, hay miedo, la mordaza, Saturno devora a su hijo…
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