Después de su exhibición durante 16 días en el Museo Quinta de Bolívar, la espada del Libertador regresó hoy al palacio presidencial para recibir a los visitantes que quieran conocer su historia.
Después de su exhibición durante 16 días en el Museo Quinta de Bolívar, la espada del Libertador regresó hoy al palacio presidencial para recibir a los visitantes que quieran conocer su historia.
En ceremonia militar y custodiada por la Guardia Presidencial, la espada del Libertador Simón Bolívar atravesó la Plaza de Armas hasta el Palacio de Nariño retornando a su lugar permanente de exhibición al ingreso de la Casa, después de ser expuesta durante 16 días en la Casa Museo Quinta de Bolívar.
Símbolo de las luchas independentistas de Colombia, la espada fue trasladada a la Quinta de Bolívar el pasado 17 de enero para una exposición temporal conmemorativa en el marco de una re significación propuesta por el Ministerio de Culturas, las Artes y los Saberes al conmemorarse 50 años de que fuera sustraída por el M19.
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Este homenaje buscaba resignificar a la espada de Bolívar y reflexionar sobre la necesidad de seguir construyendo una cultura de paz en el país, mediante un acto de memoria que incluía una muestra expositiva y una agenda académica.
Dos fechas significativas
Las dos fechas, la de traslado a la Quinta y el regreso al Palacio de Nariño, tienen un significado especial.
El 17 de enero de 1974, la espada fue sustraída de la Quinta de Bolívar por el movimiento guerrillero M-19. El 31 de enero de 1991, la espada fue devuelta a la Casa Museo por Antonio Navarro Wolff, antiguo integrante del M-19 y, en ese entonces, uno de los tres presidentes de la Asamblea Nacional Constituyente.
Su salida de la Quinta de Bolívar
La primera ceremonia a la espada se cumplió en la casa Museo Quinta de Bolívar. Su directora, Elvira Pinzón Méndez, describió el vacío que queda en el Museo tras el regreso de la espada a la Casa de Nariño.
“La llegada a la Quinta para nosotros fue muy importante, porque siempre sentíamos ese vacío de la espada. Trabajar con una réplica por supuesto no es lo mismo, aunque se hizo exacta. Pero que volviera el objeto original, que pudiéramos contarlo, que estuviera nuevamente allá fue muy importante. La espada estuvo realmente cincuenta años fuera de la Quinta de Bolívar, porque cuando se devolvió en el 91, la espada no ingresó a la Quinta. Se fue al Banco de la República. Y regresarla, por supuesto, deja un vacío enorme otra vez”, narró Pinzón.
La pieza histórica salió de la Quinta de Bolívar en un recorrido por una calle de honor en una urna móvil de cristal que fue depositada en un vehículo blindado y escoltada por una caravana de seguridad de Presidencia y acompañada por el equipo del Museo bajo la supervisión directa de su directora.
La directora contó que la expectativa por la espada tuvo buenos resultados para el Museo Quinta de Bolívar, en número de visitantes.
“Tuvimos una afluencia de público muy buena en estos 16 días. Fueron 5.500 personas a visitar la Quinta. Si compara uno esto con el año anterior, hay un aumento en el número de visitantes de 2.300 personas, cosa que implica que el interés que despierta este objeto es muy grande”, asegura.
La llegada a la Casa de Nariño
Al llegar a la Plaza de Armas, otros cuatro custodios de la Guardia Presidencial recibieron la urna y desfilaron con ella por la plaza en una calle de honor que se había dispuesto con tapete rojo, al compás de la Marcha Bravura del Ejército de Estados Unidos, interpretado por la banda de guerra del Batallón Guardia Presidencial.
La espada fue recibida en el Palacio de Nariño por Carlos Ramón González, director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (DAPRE), el coronel Hair Ardila, jefe de la Casa Militar, Adriana Molano Arenas, viceministra de Cultura; y la directora de la Quinta, Elvira Pinzón.
“Llegó aquí y teníamos un desfile militar y realmente un recibimiento de todo el cuerpo de militares de acá, rindiéndole honores a la espada. Eso es algo muy emocionante también”, afirmó Pinzón.
Una vez ingresó la urna a la Casa de Nariño, la comitiva, miembros de la Guardia Presidencial y números funcionarios y empleados de la sede presidencial, acompañaron su recorrido con mucha emoción hasta llegar a la recepción, lugar a donde nuevamente permanecerá el icono de la independencia, como estuvo ahí desde el 7 de agosto de 2022, el día de la posesión del presidente Gustavo Petro.
Isabel Cristina Quintero, conservadora del arte de la Casa de Nariño, expresó que “después de la posesión del señor presidente tomó más relevancia la simbología que tiene la espada como tal y como la identidad y el sentido de pertenencia de las personas con este bien que es símbolo de libertad, de toda la independencia, la parte histórica”.
Quintero fue una de las curadoras de la pieza en este recorrido que inició el 17 de enero al Museo Quinta de Bolívar y ahora en su regreso a la Casa de Nariño, asegurando que la pieza se mantuviera en óptimas condiciones y conservara su estado durante la exposición temporal en la Quinta.
“Para mí es muy importante que se cumpla con todas las condiciones medioambientales, de espacio, de montaje, que la conservación esté bien. Estamos haciéndole permanentemente revisiones, limpiezas a la urna, que es una urna especial con alarma que cuenta con toda la seguridad del caso. Tenemos las condiciones de seguridad y además las condiciones medioambientales que permiten que haya una conservación integral de la pieza, del elemento como tal”, explica.
Al culminar este proceso de traslado, pero también atraer la atención de visitantes nacionales y extranjeros para conocer esta pieza histórica, la directora de la Quinta de Bolívar siente que el deber está cumplido y se siente muy satisfecha con los resultados.
“Coincidir ahora con esa fecha, pero devolviéndola a la Casa de Nariño, al Museo le da tranquilidad que esté aquí y el presidente quiere que esté aquí. Y nosotros seguiremos trabajando y cumpliendo nuestra función como Museo, allá donde esté”, señala Pinzón.
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