“Desaprender la Guerra Colombia, el mundo”

La ética de vida, es necesaria, si queremos seguir viviendo.

Seguir con el curso de la irracionalidad, exacerbada por la modernidad, es seguir por el camino del suicidio colectivo. Parte III de X

…Definitivamente, no somos seres omniscientes.

“Las éticas funcionales como la del mercado, implican valores como derechos a la propiedad privada, valores como el cumplimiento de los contratos, mercantiles, son valores funcionales; la ética del mercado, se funda en lo racional instrumental, que se instituye en los medios, deja a fuera los fines, cayendo en los espacios de los juicios de valor; ello está comprometiendo el futuro de la humanidad”.

La ausencia de la paz es la inexistente civilidad

Legitimar la paz es dar sentido a la vida. El ser humano no puede vivir sin éticas, como tan poco puede vivir sin instituciones.

LLENAR DE CONTENIDO LA PAZ.

Planes de vida por planes de desarrollo.

Hablar de las éticas de la vida, como las que tienen que ver con la cultura de paz, es generar una rotura con la modernidad, por eso cuesta tanto.

Los hechos y consecuencias, más que el desarrollo.

“Es la escalada más terrorífica del rompimiento social perpetuo que el pueblo colombiano ha vivido desde siempre”.

Germinar el estado de la vida, superar el estado de las violencias, desde una interpretación a las lecturas desde el análisis crítico del discurso; los ascendientes de la narrativa,  ancestral, indígena, negra, campesinos, afros, comunidades veredales, municipales, regionales, distritales, locales; nacionales e internacionales; mujeres líderes, victimas, voceros; orientaron la línea, reflexiva, analítica, desde las cifras, la documentación, los fallos legales, las investigaciones, en secuestros, desaparición forzada,  desplazamientos, muertes, asesinatos, bombardeo, masacres. No cabe menos que la crítica; antagónica, no sería pensar lo opuesto, la realidad es contundente. La objetividad  pensante en un concierto mundial de voces, cantos, propuestas públicas, relatos, textos, documentos; cientos de personas en el mundo; desde la sociología, la politología, psicología, el derecho, las normativas, leyes, las ciencias de la comunicación social – el periodismo, las humanidades, las finanzas, la economía, las matemáticas, el cálculo estadístico, la espiritualidad, la ética, la moral pública, las profesiones, los campos del conocimiento, la cultura, la ciencia, la política, la investigación científica; acciones sociales que miran el futuro presente de Colombia, desde quinientos años y antes, en el legado de un país, su historia, su presente,  su futuro, en perspectiva de la paz; en una renovación del legado social, a las generaciones presentes y venideras; un verdadero legado del ahora, desde el ayer, del futuro, desde siempre. “Los hechos, más que las cifras, es la vida, más que el desarrollo”. Colombia el país que somos, la potencia mundial Bio diversa que poseemos.

La realidad es objetiva e irrefutable

Un libro de la experiencia de vidas, de hechos objetivos, reales; que, sumadas en años, décadas, medio siglo, es el acervo en la formación de vida, académica, científica, practica, vestida de contenido, en el marco de la tercera década del siglo XX; “el sentido de la paz” llenar de contenido la paz. Es Colombia, punto central del análisis – mayor, después de cinco años de firmado el último acuerdo de paz; entre el gobierno – el estado colombiano los conciudadanos, constituyentes primarios, según la carta Magna de 1991 Constitución política de Colombia: los colombianos alzados en armas; luego de precederle, diez acuerdos, más, con grupos sociales, estudiantes universitarios, curas, – alzados en armas, que sumados, son la guerra civil más extensa del mundo. El país con más desplazados internos del mundo, con más víctimas, cuyas cifras, están por encima de los golpes militares de las Américas juntas. Es la escalada más terrorífica del rompimiento social perpetuo que el pueblo colombiano ha vivido desde siempre. Es unir la tragedia y la malversación de la vida, como suma de todos los defectos del mundo, la corrupción.

Lo que divide a una sociedad en guerra, es por un lado lo incivilidad, el descenso a su más mínima expresión, la crueldad, la demagogia, la manipulación política, la politiquería, el miedo como estrategia que veja al ser humano,  asesina, minimiza las acciones genocidas, la corrupción como definición de todas las anteriores en la mentira profesional,  estratégica mente sabe acomodar la mentira ante el mundo, la verdad revestida de trampas, camuflada, entrampar, que asciende a comportamientos terroristas a escala; terrorista que hace uso de todas las bajezas de la llamada guerra, lo contrario al ejercicio ético de la  política, el ejercicio de las entidades, órganos al servicio de los ciudadanos, como policía, ejercito, paramilitares, “las fuerzas públicas”, para entrampar la verdad, que como arma de despojo, robo, hurto, significa; la degradación de la política, en contra del ejercicio legítimo del gobierno del pueblo, en su representación  la usurpación de su responsabilidad, ilegitimidad de un estado,  dictadura, o el gobierno de un dictador, manipular resultados electorales, en contra  del constituyente primario, en el proceso electoral, coptar  el  instrumento por definición democrático. La corrupción a partir del miedo, del dolor; del asesinato de la niñez, de la juventud, del bombardeo de pueblos, de la desaparición forzada, del secuestro y hasta el auto secuestro, por conveniencia, es   la suplantación de seres probos, la escalada delincuencial empresarial, otra figura que hace su aparición frente a un estado corrupto,  delincuentes formados en las mejores universidades, miembros de juntas directivas, gerencias por delegados corporativos, en los estados corruptos,  suplantan el estado social de derechos, con intereses mezquinos de apropiarse la riqueza de un país, de un estado, de una nación,  de los recursos económicos, financieros de los ciudadanos, casos puntuales, Grupo Gran Colombiano el 7 de marzo de 1980, María Mayorga, empleada doméstica, vendió 7.525 acciones de Nacional de Chocolates. La operación despertó sospechas y la Comisión Nacional de Valores la calificó de ficticia, ese día comenzó el proceso que desembocaría en la quiebra del poderoso Grupo Gran colombiano, liderado por el banquero Jaime Michelsen Uribe, Michelsen, un reputado abogado bogotano, tenía vínculos con la clase política y la élite empresarial del momento. Ejerció la presidencia del Banco de Colombia entre 1969 y 1983 y, para muchos, era símbolo de la concentración de la riqueza, A través de la Sociedad Gran Inversión S.A. Michelsen manejaba los fondos El Gran colombiano y el Bolivariano, cuyos dineros habían sido depositados por unos 40.000 ahorradores. Los recursos del público se invertían en acciones de compañías industriales como Nacional de Chocolates y Coltabaco, el propio Banco de Colombia, Colseguros, Cine Colombia, e incluso fundaciones como el Museo de Arte Moderno de Bogotá o el Politécnico Gran colombiano, entre muchas otras. La carrera de Michelsen terminó a sus 59 años, cuando fue denunciado por manipulación de acciones en la bolsa a través de operaciones ficticias, maniobras financieras y préstamos entre empresas de su mismo conglomerado. Michelsen salió del país en 1983, se exilió en Panamá, regresó por recomendación de su esposa y su hijo Pablo Michelsen Niño, y fue condenado a 36 meses de cárcel.  Estuvo siete meses en La Modelo y después de recibir libertad condicional, vivió casi clandestino en un apartamento en el barrio Quinta Camacho hasta su muerte en 1994, Reficar, se cree que el robo a la Refinería de Cartagena rondaría los 5 billones de pesos. Empezó en 2007 y 11 años después, el caso apenas está en imputación de cargos en la Contraloría General, organismo que encontró 35 hallazgos fiscales, el cartel de la hemofilia, en este caso, que afectó a los departamentos de Bolívar, Caquetá y Córdoba, se esfumaron $ 86.000 millones en pagos de tratamientos no POS a falsos pacientes. Están involucrados 10 exgobernadores y sus tentáculos llegan hasta el Congreso de la República en donde salió salpicado el exsenador del Centro Democrático Daniel Cabrales, Alimentos escolares otros $ 85.000 millones se perdieron en los famosos PAE. se recuerda que los sobrecostos de los alimentos que se vendía en los Programas de Alimentación Escolar sirvieron para dar apertura a 154 procesos de responsabilidad fiscal, Interbolsa, las autoridades aseguran que 300 mil millones, que pertenecía a inversionistas de Interbolsa y el Fondo Premium, se perdieron tras el entramado que montaron los empresarios Tomás Jaramillo y Juan Carlos Ortiz par desfalcar a socios en Colombia. Fueron condenados a 5 años de cárcel y purgan sus penas en la casa, Saludcoop, se trata de unos de los mayores descalabros a la salud en Colombia. Cerca de 1,4 billones de pesos desparecieron en bonificaciones exageradas, compras de finca raíz, viajes e inversiones en el extranjero. Carlos Palacio expresidente de Saludcoop, podría pagar una condena de 17 años de prisión, Fidupetrol, Es el mayor escándalo de corrupción que ha golpeado directamente a magistrados de la Corte Constitucional. Por 500 millones de pesos, que habrían sido pagados a los exmagistrados Rodrigo Escobar y Pretelt para favorecer una acción tutela que beneficiaba a Fidupetrol,  Odebrecht,  al igual que el caso de Reficar, empezó en el gobierno de Álvaro Uribe y tuvo continuidad en el gobierno de Juan Manuel Santos, se sabe que unos US 32 millones habrían sido destinados para el pago de sobornos a funcionarios para favorecer a la constructora brasilera en Colombia, Dirección Nacional de Estupefacientes (DNE): Se trata de uno de los casos en donde la justicia absolvió a 3 de los sospechosos, entre ellos al exdirector de la DNE Carlos Albornoz Guerrero. Unos 30 mil millones se perdieron en entregas irregulares de bies de la mafia a compradores. Congresistas y abogados fueron salpicados por el escándalo, Carrusel de los contratospor2,2 billones de pesos, plata de los bogotanos resultaron comprometidos en el amaño de millonarios contratos de obras públicas en Bogotá.  Los hermanos Samuel e Iván Moreno Rojas, así como el empresario Emilio Tapia y otras 110 personas resultaron involucradas en el mayor escándalo de corrupción que ha golpeado a la capital de los colombianos.

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Parte III 

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